Basada en la novela gráfica de Posy Simmonds, la cinta está dirigida por Stephen Frears. El realizador de Las Amistades Peligrosas sigue intercalando películas dramáticas con comedias y demostrando que es capaz de hacer siempre un producto atractivo y genial. Después de la fantástica The Queen, le tocaba volver al campo para contar una historia de una chica que regresa a su pueblo y lo revoluciona con su aire de ciudad. Ya en Alta Fidelidad, Frears demostró que podía hacerse pasar por un director independiente y contar una buena historia de forma sencilla e inteligente. Aquí vuelve a parecer que disimula su prestigio dirigiendo como un pobre bohemio sin dinero pero sin caer en momentos innecesariamente emocionales o profundos. Tiene lo mejor del director comercial y lo mejor del director independiente.
La película no nos cuenta tanto la historia en sí de Tamara Drewe, sino la que vive su pequeño pueblo cuando ella regresa de Londres con más curvas y menos nariz. El pueblo está lleno de escritores venidos de todas partes para disfrutar de la relajación que ofrece el campo y la posibilidad de encontrar allí a las musas. El hostal donde se hospedan está regentado por la mujer del escritor con más éxito de la zona y eso hace que todos quieran probar suerte en el mismo lugar. El crápula del escritor, su mujer, el joven paleto encargado del jardín, un escritor americano y dos quinceañeras que intentan no morir de aburrimiento son el paisaje principal con el que se topa Tamara cuando vuelve. El kilo y medio de nariz de menos es lo primero en lo que sus antiguos vecinos se fijan. Pero pronto otras cosas serán la comidilla del pueblo. Cuernos, estrellas de rock, vacas... Si queréis saber que más pasa, pasar por caja que merece la pena.
El reparto es perfecto. Tamara es Gemma Arterton, una feapa en alza y cada vez más cotizada. Luke Evans es el galán del pueblo, Roger Allam (la voz en V de Vendetta) es el escritor engreído y Tamsin Greig su servicial mujer. Dominic Cooper el batería moderno de turno y Bill Camp el escritor americano. Cada escena de este último es perfecta pero alguien le quita el mejor puesto. Las dos quinceañeras aburridas se llevan la palma. Las desconocidas Jessica Barden y Charlotte Christie hacen que cada uno de sus planos sea un regalo al espíritu. Divertidas y exageradas, con unos diálogos genialmente escritos, están dos pavas son realmente la esencia de la película. Si no lo creéis, mirad sus caras.
Es por esto que hay algo que me resulta incómodo en la película. Tanto el nombre en sí como el cartel te hacen pensar en Gemma Arterton como epicentro de la película. Nada más lejos de la realidad. Es un argumento coral donde todos tienen algo que decir.
Aquí tenéis vuestro tráiler, pero debo avisar que no me dio muchas ganas de ver a peli tras verlo porque, como veréis, insiste en la idea fácil de que cuenta la historia de cómo lo pasa una chica que vuelve al campo y se ensucia. No es así. ¡Id a verla! Un 8’25.
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