Dirigida por Rob Letterman que fiel a su estilo hace que un producto que podría ser interesante se quede en nada. De hecho con El Espantatiburones y Monstruos contra Alienígenas solo algunos detalles hacían que finalmente no fueses buenas pelis. Con Gulliver solo algunos momentos son realmente entretenidos mientras que en conjunto es sosa, deslucida y de fabricación en cadena. Como una Pepsi.
El argumento, basándose lejanamente en la novela de Jonathan Swift, cuenta como un repartidor termina en un barco en el triangulo de las Bermudas, se lo traga un remolino y llega a Lilliput donde todos son canijos. Allí se lía bastante porque no gusta a todos. Y luego pasan otras cosas sin importancia. Al final se va a casa.
Jack Black hace de Jack Black otra vez pero en esta ocasión con algo menos de gracia. A mí como me cae bien no me molesta pero me imagino a los críticos amantes del cine Búlgaro viéndole bajarse los pantalones para apagar un incendio meando y supongo que le pondrán a caldo. Por otro lado está Jason Segel, que también es colega mío y lo hace muy bien.
El mayor atractivo de la peli son los continuos homenajes al cine y la música que Gulliver narra a los liliputienses como sucesos pasados de su vida. El 3D no lo he catado pero los efectos especiales son realmente geniales. Los problemas de proporciones suelen quedar mal en muchas películas pero parece que los responsables de esta, los mismos que hicieron Noche en el Museo, le han cogido el truco.
Hola. En la novela original de Jonathan Swift, Gulliver apaga un incendio orinando sobre un edificio en llamas. Algunas ediciones censuraron esta parte.
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