Me gusta más el cartel saturado de los USA |
El caso es que tras un año de retraso por culpa de su meticuloso montaje, nos llega la que presentaban como su obra más importante. Ambiciosa y poética como ella sola, El Árbol de la Vida entusiasma a críticos por lo mismo que espanta a los espectadores, la trama es escasa e intermitente.
Y así empezó todo |
El argumento nos habla de una familia texana en los años 50. Parece que han perdido un hijo así que para explicar esto Malick se retrotrae al nacimiento del universo. Tras tres cuartos de hora viendo nebulosas, meteoritos, volcanes, células, dinosaurios y tsunamis, volvemos a mediados del siglo veinte y seguimos a la familia del principio. El padre es muy autoritario y la madre es la bondad en persona. Más adelante uno de los niños se transforma en un hombre de negocios y se va a una playa a ver a los suyos en una especie de cielo veraniego. Si cuento todo esto es porque, de verdad, da igual.
Pitt y sus nenes |
Jessica Chastain es la parte blanca, pura y relajante de la película. Si eres de los que puede sumergirse hasta el fondo en su poesía, cada aparición de la actriz es un abrazo.
Hunter McCracken, Laramie Eppler y Tye Sheridan son los niños y hacen un genial trabajo, fruto de la libertad de Malick que improvisa tomas y obliga a cada actor a vivir en el set de rodaje eligiendo cada día hasta la ropa que llevarán puesta.
Sean Penn tiene un pequeño papel en el que no tiene tiempo de brillar. Parece que Penn ha sido uno de los que más ha tarifado con el director de La Delgada Línea Roja.
El espacio, ese gran desconocido |
El dinosaurio de Malick |
Cuando a un árbol le cortan una rama, no se para, sigue creciendo hacia arriba. Esto ya era una conclusión de Malick en El Nuevo Mundo, su obra más floja pero con momentos realmente interesantes. Esa parece ser una de las pautas con las que se podría explicar la conexión entre los momentos espaciales y la narración de la trama familiar.
Para muchos la película comienza aquí, yo no estoy tan seguro. Creo que esta historia ya se ha contado antes y de un modo mucho más efectivo. La tensión entre padre y primogénito es intensa pero no llega a colisionar como para dedicarle una película. Aun así cada plano de los hermanos juntos es emotivo y sincero, siendo palpable las horas de rodaje improvisado en la calma y espontaneidad de todas las actuaciones.
La madre, el árbol y los niños |
¿La cinta más ambiciosa de este extraño filósofo? sin duda. ¿Su mejor película? no lo creo. Malas Tierras, mi favorita, es muchísimo más sencilla pero palpable y visceral. Días del Cielo ya prometía visualmente y La Delgada Línea Roja era igual de sofisticada en cuanto a los conflictos internos humanos. El Nuevo Mundo se perdía al final cómo El Árbol de la Vida pero al menos la gente no se salía del cine. Ahora eso sí, los críticos tan contentos oiga.
En conclusión, una película que no se puede recomendar a todo el mundo. Si no te gustan las pelis lentas, poéticas y de cineclub gafapastil, no pierdas el tiempo. Si le gusta el cine iraní y odia que la gente de su alrededor exista, esta es su película. Si eres como yo, que espero con las mismas ganas la nueva de Woody Allen y Los Mercenarios 2, creo que puedes pasar un rato increíble.
Aquí el tráiler. Una mezcla entre Tierra, la Película de Nuestro Planeta y La Cinta Blanca con toques a lo 2001: Una Odisea del Espacio. Te hará sentir algo con mucha intensidad. Si es aburrimiento o perplejidad ya es cosa tuya. Un 8.