28/9/11

El Árbol de la Vida (The Tree of Life)

Hoy he visto El Árbol de la Vida (The Tree of Life), una sobre el origen, el fin y algo de lo que ocurre en medio.

Me gusta más el cartel saturado de los USA
A estas alturas todos habréis oído bastante información sobre Terrence Malick. Para los remolones, es uno de esos directores de cine ensalzados por sus rarezas más que por sus proezas. No quiero quitarle el reconocimiento que merece, pero si no fuese porque entre su segunda y tercera película pasaron veinte años, ahora mismo sería otro director más de pelis para críticos.

El caso es que tras un año de retraso por culpa de su meticuloso montaje, nos llega la que presentaban como su obra más importante. Ambiciosa y poética como ella sola, El Árbol de la Vida entusiasma a críticos por lo mismo que espanta a los espectadores, la trama es escasa e intermitente.
Y así empezó todo
El argumento nos habla de una familia texana en los años 50. Parece que han perdido un hijo así que para explicar esto Malick se retrotrae al nacimiento del universo. Tras tres cuartos de hora viendo nebulosas, meteoritos, volcanes, células, dinosaurios y tsunamis, volvemos a mediados del siglo veinte y seguimos a la familia del principio. El padre es muy autoritario y la madre es la bondad en persona. Más adelante uno de los niños se transforma en un hombre de negocios y se va a una playa a ver a los suyos en una especie de cielo veraniego. Si cuento todo esto es porque, de verdad, da igual.

Pitt y sus nenes
Brad Pitt, productor de la cinta y defensor de Malick a muerte, está soberbio como siempre. Su interpretación de padre amoroso pero severo está a medio camino entre Antonio Alcántara y el cabeza de familia de La Cinta Blanca.
Jessica Chastain es la parte blanca, pura y relajante de la película. Si eres de los que puede sumergirse hasta el fondo en su poesía, cada aparición de la actriz es un abrazo.

Hunter McCracken, Laramie Eppler y Tye Sheridan son los niños y hacen un genial trabajo, fruto de la libertad de Malick que improvisa tomas y obliga a cada actor a vivir en el set de rodaje eligiendo cada día hasta la ropa que llevarán puesta.

Sean Penn tiene un pequeño papel en el que no tiene tiempo de brillar. Parece que Penn ha sido uno de los que más ha tarifado con el director de La Delgada Línea Roja.

El espacio, ese gran desconocido
Cuando vas al cine tienes que saber lo que vas a ver. Si tienes un cubo de palomitas y te sientas con otros siete colegas, no te metas a esta peli. Si eres un crítico puntilloso que apunta al comienzo de la sesión en una libreta “pequeño desenfoque, menos 1 punto”, no te metas a ver La Jungla 4.0. A mí, como me gusta todo, puedo decir lo siguiente: El Árbol de la Vida es una película increíblemente bella, no la veas.

El dinosaurio de Malick
El impacto visual de los primeros tres cuartos de hora es algo realmente fascinante. Uno de los documentales más bonitos que he visto. La música nos guía a un mundo frio, enorme y hostil donde el desorden parece seguir un patrón determinado para que al final, todo nos lleve hasta el día de hoy. La vida se abre paso y fluye como un río, o mejor, cómo un árbol.

Cuando a un árbol le cortan una rama, no se para, sigue creciendo hacia arriba. Esto ya era una conclusión de Malick en El Nuevo Mundo, su obra más floja pero con momentos realmente interesantes. Esa parece ser una de las pautas con las que se podría explicar la conexión entre los momentos espaciales y la narración de la trama familiar.
La fotografía es genial en cada momento
Para muchos la película comienza aquí, yo no estoy tan seguro. Creo que esta historia ya se ha contado antes y de un modo mucho más efectivo. La tensión entre padre y primogénito es intensa pero no llega a colisionar como para dedicarle una película. Aun así cada plano de los hermanos juntos es emotivo y sincero, siendo palpable las horas de rodaje improvisado en la calma y espontaneidad de todas las actuaciones.

La madre, el árbol y los niños
Dice Sean Penn que el libreto de la peli era el más increíble que había leído y que el resultado final no le ha transmitido nada. Me lo creo. Pese a la poesía del comienzo, la perfección de la fotografía durante las dos horas y media y la correcta puesta en escena del argumento familiar, al final todo parece contar un cuento que ha sido eliminado del montaje del director. No sé hasta que punto Malick entiende su propia obra.

¿La cinta más ambiciosa de este extraño filósofo? sin duda. ¿Su mejor película? no lo creo. Malas Tierras, mi favorita, es muchísimo más sencilla pero palpable y visceral. Días del Cielo ya prometía visualmente y La Delgada Línea Roja era igual de sofisticada en cuanto a los conflictos internos humanos. El Nuevo Mundo se perdía al final cómo El Árbol de la Vida pero al menos la gente no se salía del cine. Ahora eso sí, los críticos tan contentos oiga.

En conclusión, una película que no se puede recomendar a todo el mundo. Si no te gustan las pelis lentas, poéticas y de cineclub gafapastil, no pierdas el tiempo. Si le gusta el cine iraní y odia que la gente de su alrededor exista, esta es su película. Si eres como yo, que espero con las mismas ganas la nueva de Woody Allen y Los Mercenarios 2, creo que puedes pasar un rato increíble.
Sean Penn no sabe muy bien qué hace aquí
Aquí el tráiler. Una mezcla entre Tierra, la Película de Nuestro Planeta y La Cinta Blanca con toques a lo 2001: Una Odisea del Espacio. Te hará sentir algo con mucha intensidad. Si es aburrimiento o perplejidad ya es cosa tuya. Un 8.

2 comentarios:

  1. Puff, solo de leer la critica me he quedado KO, casi la dejo para otro dia

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  2. esa sensacion me habia dado, y quiero ir a verla

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