Hoy he visto
Millennium: Los Hombres Que No Amaban a las Mujeres (The Girl with the Dragon Tattoo), una sobre detectives suecos, punkis informáticas y depredadores sexuales.
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Uno de los carteles, hay otro con más chicha |
Tan solo dos años después de la versión sueca,
David Fincher se encarga del obligado remake americano. Eso sí, esta vez han decidido hacerlo a lo grande y la revisión supera al original, al menos en la forma. El fondo es absolutamente el mismo que la novela de
Stieg Larsson y, por lo tanto, más de lo mismo. Como a mi me encantó el libro y la peli de
Niels Arden Oplev me pareció un poco floja, tenía ganas de ver como se las ingeniaba
Fincher después de sorprender a medio mundo con
La Red Social. ¿Es mejor que la sueca? Si ¿Es un peliculón? Bueeeeno...
La trama, para el que a estas alturas no esté familiarizado, nos cuenta como Mikael Blomkvist, un periodista de investigación, es contratado por un anciano multimillonario para resolver la desaparición de su sobrina hace cuarenta años. La familia del empresario es tan amplia como estrafalaria y todos son sospechosos de haberse cargado a la niña. Por otro lado, conocemos a Lisbeth Salander, una problemática joven que combina una mente privilegiada para los datos y los números con serios problemas de adaptación social. Al final terminarán trabajando juntos para resolver el misterio del asesinato y, de propina, darle un repaso a un peligroso empresario que se la tiene jurada a Blomkvist.
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Lisbeth tomate algo anda |
Daniel Craig es el periodista que no duda en llevarse a cualquiera a la cama entre investigación e investigación.
Craig hace un trabajo interpretativo sublime y traslada a la pantalla de forma precisa lo que en su día fue el personaje de la novela. Serio y frio pero quebradizo llegado el momento, te crees su papel de principio a fin. Parece que hasta cogió unos kilitos de forma premeditada para disimular el gimnasio de Bond y parecer un periodista alejado de las tablas de ejercicios.
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Ese flequillo guapo guapo |
Rooney Mara es la nueva Lisbeth Salander y tiene un par de problemas. Por un lado el personaje de la novela es absolutamente poderoso y es difícil interpretarlo sin caer en la caricatura. Por otro,
Noomi Rapace hizo un trabajo tan acertado en las originales (ella era lo mejor de las películas) que es difícil ganar en las obligadas comparaciones. Finalmente creo que ha optado por lo más inteligente y ha basado su personaje en los cimientos que ya creó
Rapace cambiando solo ciertos matices. Por eso me ha gustado, ha sabido reconocer un trabajo bien hecho y a partir de ahí a moldeado un papel tan icónico como peligroso. No parece tener la fuerza que transmitía
Rapace pero en cambio se basa más en la fragilidad que está tan presente en la Salander de la novela. Las escenas que tiene junto con
Craig son geniales gracias a la química que han sabido construir entre ambos.
Y es que aunque la mitad del reparto y la totalidad del equipo técnico sea americano, la trama original transcurría en Suecia y allí que se fueron todos a rodar. La decisión de no deslocalizar la historia puede que sea una de las ideas más inteligentes tomadas por un equipo de remakes. Todo lo que ocurre es rematadamente escandinavo y la mayoría de personajes no se entenderían en otro lugar. Lisbeth Salander, razón del éxito de la novela, no tendría lugar en ningún otro país ya que su trama principal ocurre gracias, o por culpa, del sistema legal sueco.
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Mikael Blomkvist, culpable |
El ritmo de la película es extraño. Adaptar un libro es un reto complicado y por eso siempre hay grandes decepcionados. Una opción es la de realizar la película siguiendo el orden exacto de acontecimientos de la historia, y es justo lo que han hecho aquí.
Steven Zaillian, el guionista, reproduce paso a paso la novela y consigue una adaptación más fiel pero una película imprecisa. Además creo que la trama principal se pude hacer un poco cuesta arriba para los no lectores y las secundarias, como la venganza contra Wennerström, casi imposibles de entender. Por otro lado sí es de elogiar los pequeños cambios que ayudan a que todo sea un poco más fluido, como la eliminación de algún que otro amorío adicional del prota.
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Lisbeth busca que te busca |
La banda sonora es, de nuevo, la mejor de este año.
Trent Reznor y
Atticus Ross se llevaron el
Oscar más merecido de la noche por su música para
La Red Social.
Fincher ha vuelto ha confiar en ellos y yo ya no los soltaría nunca. Por si todo el trabajo para la película no fuese suficiente, incluye una versión del
Immigrant Song de
Led Zeppelin cantada por
Karen O que, junto con un montaje visual sobrecogedor, conforman uno de los mejores títulos de crédito iniciales que he visto. No empezaba tan emocionado una película desde el comienzo de
Balada Triste de Trompeta. Realmente es lo mejor de la película, y no es que sea mala desde luego, pero es que iniciando así una cinta no se puede decir otra cosa.
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Cuidaito conmigo |
Por todo esto, me es difícil puntuar esta película. No es original en lo que cuenta pero me gusta como en su día lo hizo el libro, que por cierto muchos gafapasta ahora desprecian porque no solo lo han leído ellos. Las escenas son poderosas y la banda sonora es perfecta pero me cuesta creer que sea entendible para alguien que no conozca la historia. Además, en el fondo, es un remake con solo dos años de separación y claro, eso nunca te da puntos.
Fincher, ¿qué hago?
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Aquí hay temita |
Aquí el
tráiler y aquí el genial
teaser con el temazo de la peli de fondo. Si os gustaron las suecas, esta es mejor. Si os gustaron los libros, hace justicia al primero. Si no conocéis nada de lo anterior. Os recomiendo ver esta peli y después leed el libro para disfrutarlo más aun. Si no os gustó el libro, no la veáis y todos contentos. Creo que no me dejo ninguna combinación. Bueno sí, si vais a poner verde a la peli solo porque habéis oído que es un producto sueco que están versionando los yanquis, dadles una oportunidad que no todo lo que hacen es malo. Esto no desde luego. Un 8’5 (es de 8’0 pero tengo la BSO de fondo y me obliga a subir un poco más).