Qué lento y ¡qué bonito! |
El realizador chino Zhang Yimou aparta por un momento los grandes
presupuesto y las peleas de espadas y vuelve a la sencillez, la calma y la
pureza. Basándose en un best seller donde la bloguera Ai Mi contaba diferentes
relatos reales, Yimou narra esta historia sobre personas corrientes que
intentan vivir su amor pese a sus propios conflictos morales.
La trama nos lleva a la China de la revolución cultural,
donde los niños eran reeducados en el campo de un modo más o menos severo
dependiendo de la afiliación política de sus antepasados. Jing es una joven de
familia pobre que aguanta como puede el puesto que le ha tocado. Sun es hijo de
un militar y tiene comodidades con las que Jing no podría soñar. Las
diferencias sociales y su propio modo de entender la vida hará que su relación
sea imposible pero claro, el amor lo puede todo.
Sun y Jing se van de parranda |
Dongyu Zhou y Shawn Dou son los dos protagonistas. Para
ambos es su primera experiencia cinematográfica y los dos aprueban, sobre todo
ella que tiene una ternura que te hace sonreír en cada plano.
La maestría de Yimou para contar historias y la belleza de
la fotografía de Zhao Xiaoding, más sencilla que en otras ocasiones, casan a la
perfección con el consabido ritmo absolutamente lento del cine asiático. Esto,
que para los que nos gusta es una delicia, entiendo que sea la principal
desventaja para aquellos que no aguanten el tempo oriental. Para estos, mejor que no
se acerquen al espino. Los que quieran probar suerte y, sobre todo, los que
disfruten con este tipo de cine, que no se lo piensen.
¡El amor! |
Aquí el tráiler. Olviden momentáneamente al Yimou de La Casa de las Dagas Voladoras y Una Mujer, una Pistola y una Tienda de Fideos Chinos,
este es el de El Camino a Casa. Un 7’75.
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