Alguna crepusculina habrá muerto en la sala |
Ocurre con muchas películas que no son debidamente valoradas
hasta pasado un tiempo. Toro Salvaje, que perdió el Oscar ante la olvidada
Gente Corriente, se ha convertido con los años en una joya del séptimo arte.
¿Ocurrirá esto con Cosmopolis? Sinceramente, no creo.
David Cronenberg se vuelve espeso y dramáticamente aburrido
en esta supuesta lección sobre lo podrido del sistema. Ni la limpieza de los
planos ni sus tonos fríos y elegantes, consiguen atraer la atención sobre una
historia imprecisa, irregular y falta de interés.
La trama, basada en una novela de Don DeLillo, nos cuenta el
día de un joven adinerado que se dirige a su peluquería favorita.
Multitudes que protestan contra el capitalismo van asaltando su limusina
mientras él recibe a diversos colegas y amantes. Además alguien planea un atentado pero no parece preocuparle demasiado.
Todo por un buen corte |
Robert Pattinson empieza la película haciendo de robot,
sobreactuando demasiado y creyéndose un personaje más que una persona.
Desconozco si Cronenberg ha rodado de un modo lineal pero el caso es que según
pasan los minutos Pattinson se suelta y en el último tramo resulta mucho más
convincente e interesante.
Entre los numerosos encuentros que se suceden en el coche
aparecen Sarah Gadon, Juliette Binoche, Jay Baruchel y Kevin Durand. Todos
meras caricaturas.
Giamatti en la últimas |
Lo mejor de la peli es el tramo final, un duelo verbal
con el genial Paul Giamatti donde Pattinson da lo mejor de sí mismo. Son los
quince minutos que salvaría de la quema sin dudarlo.
Algún crítico avispado ha dicho que es la versión
psicosexual e interiorizada de Inside Job y Margin Call. Yo creo que es un
intento de Taxi Driver de la era actual que no consigue llegar a buen puerto.
Demasiados personajes innecesarios, demasiado discurso trasnochado, demasiada
paja mental.
Qué tio más chulesco |
Aquí el tráiler. Personalmente prefiero el Cronenberg
bizarro de El Almuerzo Desnudo o el visceral de Promesas del Este. Esta es aun
más insípida que Un Método Peligroso. Un 4’5.
Me gustó. Pero salí del cine sin tener ni idea de lo que había ocurrido.
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