Mucho color para una peli en blanco y negro |
Me gusta pensar en esta película como la contestación de
Fernando Trueba a su hermano David. Me los imagino debatiendo en casa sobre
quien ha conseguido hacer mejor una película artística e intimista. Discutirán
sobre que frase tiene más empaque filosófico, sobre quien ha sacado más planos
de desnudos o si lo importante al fin y al cabo son los silencios.
El Artista y la Modelo nos lleva a los últimos días de la
Francia ocupada. En un pequeño pueblo vive un artista que soporta el paso del
tiempo y la guerra dedicándose a su oficio. Su mujer recoge a una joven que
vive en la calle y que durante un tiempo deberá servir como modelo de día mientras ayuda a otros refugiados por la noche.
Sigue buscando molinos |
Jean Rochefort, el Don Quijote que nunca fue, es el pintor y
escultor entregado que sabe de la importancia de su obra. Aida Folch es la
modelo, asustada por el mundo que la rodea pero capaz de hacerle frente y
ayudar a cruzar las montañas a aquellos que huyen del conflicto. El trabajo de
Rochefort es eficiente aunque algo frio pero reconozco que con quien no he
sentido nada es con ella. Creo que no ha sabido transmitir nada o yo no he
sabido verlo, que es posible.
Claudia Cardinale es la mujer que fue musa del artista en
otra época, no es de extrañar sabiendo el pasado de la italiana. La
absolutamente imprescindible Chus Lampreave es una asistenta que hace lo que
puede por mantener el orden en una casa llena de carboncillos, escayolas y
gente en cueros.
La modelo con mucha ropa |
El ritmo sosegado y lento pretende plasmar la pureza y
fuerza del arte en sí mismo. La fotografía en blanco y negro nos obliga a
pensar que lo que estamos viendo es importante, que no es solo cine, que es
algo más grande. Por todo eso, yo no he conseguido entrar en una película que
creo que pretende mucho más de lo que finalmente consigue. Ni ese momento Malditos Bastardos ni el blanco y negro
ocultan un guión fácil y simple que persigue demostrar algo que podría quedar
más claro en un corto: la idea lo es todo.
Por eso creo que el ganador del combate esta vez ha sido
David Trueba que con Madrid, 1987 supo explicar entre cuatro paredes y sin
vestuario un historia simple que puede ser tan compleja como quiera el
espectador.
La Cardinale y Lampreave, dos leyendas |
Aquí el tráiler. Que conste que en mi decepción puede
influir las ganas que tenía de ver al Trueba mayor poniéndose seriote después
de dirigir una joya como Chico & Rita. Otra vez será. Un 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario