La cartelería onírica/sucia es impecable |
Tras el éxito de El Orfanato, estaba claro que la siguiente
película de Juan Antonio Bayona iba a ser grande. Y la verdad es que Lo Imposible es inmensa, de hecho, descomunal. Los records de taquilla, en los que
insisten las cadenas que han puesto la pasta, abalan el impacto de la obra
mientras que sus veinte minutos de oleaje demuestran la capacidad técnica de
todos los implicados. ¿la trama en sí? Bueno, eso es otra historia.
Lo imposible nos cuenta el caso real, algo en lo que
insisten constantemente, de una familia que se encontraba en Indonesia durante
el implacable tsunami que asoló sus costas en 2004. La ola divide a padres e
hijos y todos se buscan desesperadamente mientras intentan no morir por las
heridas infectadas.
Antes de la ola |
Ewan McGregor y Naomi Watts demuestran una vez más por qué
no paran de tener trabajo. Se creen sus personajes, dan bien en pantalla y son
simpáticos en las ruedas de prensa, un gustazo. El reparto de los niños también
es un acierto ya que tanto los dos pequeños, Oaklee Pendergast y Samuel Joslin,
como el mayor, Tom Holland, hacen un trabajo estupendo.
Técnicamente la película es apabullante. Rodada en gran
parte en la polémica y me temo que ya clausurada Ciudad de la Luz, Lo Imposible presenta los que hasta ahora pueden ser los efectos y decorados más
costosos e impresionantes del cine español. El ya conocido como “momento ola” es absolutamente
increíble. Las escenas gore, tan gráficas que más de uno crucificaría a Mel Gibson si fuese el responsable, contrastan totalmente con el drama pastelero
que veremos a continuación. Los escenarios plasmados el resto de la película
son impecables y la sensación de agobio, suciedad y cansancio está plasmado en
cada recodo del set.
En búsqueda de parientes |
El ritmo que consigue Bayona es sorprendentemente efectivo y es que, como ya he dado a entender, el mayor problema de esta película es su
trama. Debido a la enorme y efectiva promoción, todos sabemos cómo terminará
todo ya que conocemos a los protagonistas reales de la historia. Como cuando
Danny Boyle paseaba con Aron Ralston para promocionar 127 Horas, Bayona ha trabajado
con el hándicap del spoiler final a la vista. Aun así consigue entretener y
mantener atento al espectador.
Aguantando el tirón |
El problema es que al salir de la sala satisfecho, piensas
en lo que acabas de ver y descubres que realmente, después del revolcón
acuático, no pasa nada. Es una familia desesperada por encontrarse tras un desastre que, finalmente, se encuentra. Si esto no ocurriese así, se verían al cabo de una agónicas semanas en sus casas y todo hubiese terminado igual. Es
más, los protagonistas se van topando con gente que lo ha perdido todo y que
cuando comparten sus historias se hace imposible no pensar: ya bueno, tu
tranquilo que los tienes a todos vivos.
Desechos |
Esa sensación de búsqueda de algo que sabes que se
conseguirá, dando vueltas y revueltas a los personajes para que lo pasen mal,
se crucen sin verse, lloren, rían y sufran con una banda sonora muy emotiva,
otro gran trabajo de Fernando Velázquez, hace que Lo Imposible, pese a su
tamaño, termine pareciendo un historia más digna de la copia barata de contra programación de Antena3 que del super taquillón en el que se ha convertido.
Comienza el drama |
Has sido un rácano con la nota. Por favor, no vayas por el camino de convertirte en un crítico que para hacerse el interesante se situa contra el público.
ResponderEliminar