Mel el duelista |
Y de repente, sin avisar, va Mel Gibson y se saca esta carta
de la manga, a lo Maverick. La verdad es que no tenía ni idea de la existencia
de esta película hasta su pase de hace unos días, supongo que gracias a la
reputación de Gibson ya nadie quiere promocionar su trabajo. Una pena.
Adrian Grunberg dirige esta cinta de acción calurosa y firma
el guión junto con el actor australiano. Supone su primera película como
director aunque ha trabajado como jefe de segunda unidad en pelis grandes como
El Fuego de la Venganza, Traffic, Master and Commander: Al Otro Lado del Mundo
o Apocalypto, donde debió hacer buenas migas con Mel.
El niño macarra |
La trama nos cuenta como un delincuente americano es pillado
al sur de la frontera con México con varias bolsas repletas de dinero. Rápidamente es
encerrado para así confiscar la pasta y el pobre gringo da con sus huesos en
“El Pueblito”, una peculiar cárcel donde los presos hacen lo que les da la
gana.
Gracias a su bochornosa vida privada, Mel Gibson no aparece
tanto por pantalla como cabria esperarse de una estrella con su fama. Además
tenía abandonado al tipo de personaje que le hizo grande, el hombre de acción
chulesco. Aquí lo recupera sumándole años y una condición de antihéroe que le
viene al pelo. Es un gusto recordar al bueno de Martin Riggs, imitación de
Clint Eastwood incluida.
Baleando |
Junto a él destaca Kevin Hernandez que ya demostró en El Canguro de lo que era capaz. Aquí se supera a sí mismo y se convierte en el
niño más peligroso del barrio. Daniel Giménez Cacho, el padre torero de nuestra
Blancanieves, es el malo malote de la peli aunque bueno, aquí malos son todos.
Cabe destacar el pequeño pero siempre agradecido papel del coheniano Peter Stomare y la aparición de Dean Norris,
Hank en Breaking Bad, haciendo de, atención, ¡policía fronterizo!
El padre de Blancanieves es malo malo |
El caso es que este no es el único detalle que recuerda a
Breaking Bad, el sur, el narcotráfico, el calor y los tonos anaranjados se apoderan de la
película. También puede recordar a Prison Break por el parecido entre “El
Pueblito” y “Sona”, eso sí, esta peli está mucho mejor que aquella triste tercera
temporada.
Mel dando caña |
La voz en off del protagonista no molesta y ayuda a quitarle
hierro al asunto. Aquí todo el mundo lo pasa mal pero en ningún momento se
pretende que sea un drama, es una película de acción, crimen y un yankee repartiendo estopa. Eso sí, uno de los puntos de Vacaciones en el Infierno es
el problema idiomático y oír a Gibson chapurrear español con un nivel muy
aceptable, por eso recomiendo su visionado en versión original.
Parece que hay cierta tendencia a volver a los ochenta y
noventa, los años en los que la acción era el género de moda y donde se le sacó
mayor provecho. Puede que estemos a punto de conocer a una nueva hornada de
estrellas de la explosión y el culatazo pero, hasta entonces, dejemos que los
veteranos tengan de nuevo su momento de gloria.
De compras |
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