Otra jugarreta del señor que pone los títulos |
No es ningún secreto para los habituales de este blog que
disfruto con las comedias gamberras y surrealistas. Mi admiración por Zach Galifianakis
solo es comparable a la adoración que tengo por Will Ferrell aunque, como todos
sus seguidores, no se exactamente por qué. Si a esto le sumas que el encargado
de dirigir a estos monstruos del absurdo es Jay Roach, realizador de la
trilogía de Austin Powers, comprenderéis que mi expectación estaba por las
nubes. Pues bien, tampoco es para tanto.
La trama nos cuenta la disputa entre un asentado y vanidoso
congresista demócrata y su rarito contrincante republicano. La búsqueda de
trapos sucios, cámaras ocultas, montajes incriminatorios y demás, desplazaran la
política hasta hacerla desaparecer del todo.
Candidatos modelo |
De Will Ferrell solo decir que hace lo de siempre y está
perfecto. Entiendo a todos aquellos que no lo soportéis, de verdad que yo
tampoco sé muy bien por qué me rio tanto. No sé si es su pasotismo, altura,
pelo o que simplemente me gusta imaginarme que es así en la vida real.
Zach Galifianakis tres cuartos de lo mismo. La vena femenina
que solo veíamos de refilón en Resacón en las Vegas aquí la explota al máximo
hasta presentar al más válido y rosa candidato republicano que se conozca. El bigote es mortal.
La familia y sus cosas |
Jason Sudeikis está genial como asesor del Ferrell y un
sorprendentemente divertido Dylan McDermott, American Horror Story, hace de su
homólogo republicano. John Lithgow y Dan Aykroyd son los lideres políticos a la
sombra y junto a ellos diferentes apariciones de famosos de aquí y allá como
Brian Cox, Jack McBrayer, Piers Morgan, Bill Maher y John Goodman.
Cuestión de fe |
Pese al reparto y lo jugoso del argumento, la sátira
política se queda a medio gas y la comedia termina por decepcionar. El guión
del novato Shawn Harwell y del irregular Chris Henchy, pasable en Los Otros Dos
y denunciable en Land of the Lost, se olvida de los temas políticos
del momento, donde podrían haber herido más sensibilidades, y se deja llevar por
las gracietas de dos tontorrones que no son ni personajes reales ni
caricaturas.
Una pena no saber sacarle partido a un producto que parecía
más interesante pero con el que reconozco que me he reído. Especialmente con el
momento de la aparición de Uggie, el perro de The Artist.
El bigote del mal |
Aquí el tráiler. Formará parte del estante de comedias de
gama media tipo Los Otros Dos, Salidos de Cuentas, Patinazo a la Gloria o Resacón 2, ¡Ahora en Tailandia!. Si queréis absurdo de gama alta de estos tipos ya sabéis,
Hermanos por Pelotas o Resacón en las Vegas. Un 6’25.
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