Hoy he visto
Los Miserables (Les Misérables), una de agonía,
supervivencia y alzamientos.
|
Genial respetar el icono del musical de teatro |
Tras el éxito que supuso
El Discurso del Rey era lógico que
Tom Hooper tuviese carta blanca para lanzarse a lo que quisiese. La esperada
adaptación de uno de los musicales más exitosos del mundo llega así a la
cartelera. El precio por entrada es más reducido que el producto original pero supongo
que la emoción del directo hace que esta buena película no sea más que una
hermana pequeña. Claro que si seguimos subiendo, lo mismo le pasa al musical
con respecto a la obra de
Victor Hugo. Diferentes adaptaciones que pese a
desvirtuar en cierto modo su original, conservan aun un nivel de
calidad sorprendente.
La trama, para el que ande un poco perdido aun, nos sitúa en
la Francia de principios del siglo XIX. El ex presidiario Jean Valjean incumple
su condicional por lo que es perseguido por el implacable Javert. Durante
décadas veremos como Valjean se asienta momentáneamente hasta que la aparición
de su némesis le obliga a volver a huir. Durante uno de esos descansos conoce a
una mujer que muere dejando una hija que decidirá adoptar como propia.
|
Impresionante escena de apertura |
En el reparto no hay precisamente grandes voces pero la
mayoría se defienden y salvan su papel con una gran actuación. Es el caso de
Hugh Jackman y
Anne Hathaway que están realmente impresionantes. Ambos habían
cantado juntos anteriormente y parece que fue
Jackman el que enchufó a
Hathaway
para lucirse como una Fantine para el recuerdo y ser nominada por todas partes.
El plano de cinco minutos donde canta "I Dreamed a Dream" es el ejemplo perfecto
de lo que he mencionado, sin una voz sobresaliente, su actuación es tan
sobrecogedora que merece cada premio que gane este año.
El problema llega con
Russell Crowe como Javert. No es que
cante mal, que tampoco bien, pero es su actuación lo que no convence. No está
cómodo cantando y se nota, por eso su cara de amargado no cambia en ningún
momento y ni siente ni padece. Su actitud es la misma cuando comienza la
película que cuando termina y, para el que no conozca la historia, digamos que
pasa por mucho como para demostrar diferentes aspectos del personaje. Otros que
no me convencieron fueron
Amanda Seyfried como Cosette adulta y
Eddie Redmayne
como su amado Marius. Entre los gorgoritos de ella que me recordaban a la desagradable
Mamma Mia! y la cara de pánfilo de él, parece
que lo de
Mi Semana con Marilyn no era actuación, era imposible empatizar
con la forzada pareja.
La frialdad y cercanía con la que
Tom Hooper rodó
El Discurso del Rey llega aquí a su máxima expresión. La colección de primeros planos y
escenas con steadycam es inabarcable. Esto le ha valido la queja de muchos
expertos que han sentido que más que en una película, estaban andando entre el
reparto del musical. A mi como marca del director me convence y me gusta.
Otro detalle que hace especial esta película es el modo en el que se ha decidido grabar. Los interpretes que intervienen en un musical graban las canciones meses antes de comenzar el rodaje para aprenderse al dedillo la interpretación. Después solo tienen que mover los labios mientras suena la canción y listo. En
Los Miserables se ha decidido grabar las voces en directo para que los actores lo hagan aun más personal y realista. Un pianista fuera del set acompaña al cantante de turno mientras este le escucha por un pinganillo. Esto es algo que han sabido aprovechar a la perfección
Anne Hathaway y
Hugh Jackman.
La escenografía, siendo muy buena, se queda a un escalón de
ser grandiosa. Puede que ese sea el problema de forzar la cercanía de los
actores, al ser más personal te pierdes el entorno. Las imágenes iniciales con
los presos tirando del barco y los otros dos o tres planos generales que deben
aparecer en la película, dejan al espectador con ganas de más París
postrevolucionario. Debo destacar eso sí el genial trabajo de diseño de
vestuario de
Paco Delgado que opta, con posibilidades, a estatuilla.
La sensación final que deja esta película es algo
contradictoria. A mi, que me ha gustado y me parece una producción de una
calidad innegable, creo que podría haberse conseguido un producto mucho
mejor. Tras disfrutar de sus dos horas y media de canciones ininterrumpidas y
ambientación a la altura, creo que no pasará a la historia como uno de los
grandes musicales para cine como sí lo ha hecho el original de teatro. Digamos
que, viniendo de una obra menor y menos interesante,
Tim Burton consiguió algo
más redondo con
Sweeney Todd, el Barbero Diabólico de la Calle Fleet.
Aquí el
tráiler. Sea considerado o no como un gran musical,
lo que no cabe duda es que tiene momentos que no deberías perderte. Un 7’75.
No hay comentarios:
Publicar un comentario