La octogésimo quinta entrega de premios de la
Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, los
Oscar para los amigos, ha
terminado. Para quitarme rápidamente todos los tópicos, diré ya que ha estado
muy repartido, que salvo pequeñas excepciones se han cumplido la mayoría de las
apuestas y que la ceremonia ha sido tan larga como siempre.
Estaba bastante contento por la elección del presentador. Es
cierto que confiaba en otra nueva ronda de galas presentadas por el encantador
Billy Crystal pero el anuncio de
Seth MacFarlane me gustó. Era una apuesta
arriesgada, un poco a lo
Ricky Gervais, y de hecho así lo demostró en la
pequeña rueda de prensa donde se anuncian los nominados. Ese día estuvo
gracioso, rápido, inteligente y ácido, todo lo que anoche no supo sacar a la
luz. El creador de
Padre de Familia parecía más que nunca el responsable de
El Show de Cleveland. Sus bromas no terminaban de arrancar una sonrisa y todo
quedaba alargado en exceso.
Un número musical sobre películas donde actrices
enseñan sus encantos fue el colmo de la horterada, coronada por un baile de
Charlize Theron y
Channing Tatum. Todo esto con
MacFarlane cantando, que lo hace
muy bien, pero lo sabe y abusa. Con el truco de sacar a nada más y nada menos
que a
William Shatner haciendo de Kirk pasó lo mismo, buena idea alargada hasta
el extremo.
El caso es que la introducción fue interminable y salvo un
sketch sobre
El Vuelo con calcetines, nada me convenció. El resto de la gala
siguió el patrón de mucha canción, mucho video promocional soso y poca
intervención atrevida, diferente o interesante. El homenaje a los cincuenta
años de Bond, ese en el que iban a salir todos los actores juntos hasta que
alguno,
Connery o
Dalton, se rajó, terminó convirtiéndose en un triste montaje
musical rematado con una actuación de
Shirley Bassey. El otro gran
momento de la noche también fue gracias a la marca 007 ya que el
Skyfall de
Adele fue un disfrute total. Los amantes de
Barbra encantados con su canción
para los muertos y los de los musicales tuvieron su momento con
Chicago,
Dreamgirls y
Los Miserables. Todo esto era un poco porque sí.
Actuación tras actuación pasaron las larguísimas
cuatro horas de ceremonia y llegamos al final, momento en el que
Michelle Obama, si, eso es, abrió desde su casa el sobre de la ganadora. Tras el
discurso de
Affleck apareció el maestro de ceremonias para cerrar todo
precipitadamente y casi sin despedirse dieron por finalizada la fiesta. En
definitiva, una gala truñera.
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Haneke con su Oscar por This Is 90 |
Y vamos con los premios.
Argo se hizo con mejor película, guión
adaptado para
Chris Terrio y montaje para
William Goldenberg. Estos dos últimos
no lo discuto, el montaje y el guión son efectivos y saben como transformar un
suceso real en una historia entretenida. El problema es que lo de mejor peli del año me cuesta mucho asumirlo.
Pese al peso de sus premios, hubo otra que
consiguió llevarse cuatro estatuillas convirtiéndose en la más galardonada.
La Vida de Pi fue la premiada en cuanto a su fotografía, efectos visuales, la
banda sonora de
Mychael Danna y mejor dirección para
Ang Lee. En esta el que me
rechina más es el de banda sonora, bonita pero monótona y de simple
acompañamiento. En cuanto a los efectos visuales reconozco la supremacía del
tigre por encima de quien se le ponga por delante.
Los Miserables, ese musical que todos a los que nos gustó
pensamos que podía haber sido mucho mejor, se llevó tres premios: mezcla de
sonido, merecido por el atrevimiento de grabar las voces en directo, mejor
maquillaje y mejor actriz secundaria para una
Anne Hathaway impresionante que
merecía el Oscar, el Globo de Oro y el TP.
Con dos galardones hay tres películas.
Spielberg no termina
de convencer a sus colegas académicos pero al menos
Lincoln se lleva mejor
diseño de producción, por esa recreación perfecta de los escenarios de la época,
y mejor actor principal por demostrar una vez más que
Daniel Day-Lewis es uno
de los cinco mejores interpretes de la historia del cine. Es tan buen actor que hasta su discurso de agradecimiento deja en ridículo a los demás. Sabe hablar,
utiliza bien el tiempo, tiene gracia y es interesante.
Daniel Day-Lewis es tan
Lincoln que repitió la hazaña de su personaje en
Gettysburg.
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Cuando Lawrence tropezó la gente pensó que rezaba |
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Ang Lee agradeciendo al dios del cine |
Y es que la cinta de
Kathryn Bigelow solo se llevó el
premio a mejor edición de sonido y, encima, ex aequo con
Skyfall. Esto supuso el
primer Oscar de la noche para el bueno del agente doble cero y lo cerró el de mejor
canción original para el
Skyfall de
Adele.
Una de las intrusas de la noche,
El Lado Bueno de las Cosas,
le valió a
Jennifer Lawrence su Oscar a mejor actriz protagonista
imponiendo la creación de una nueva estrella a el reconocimiento real que
merecían
Emmanuelle Riva o
Jessica Chastain, por nombrar a dos de las nominadas
y no ampliar la lista con los innumerables papeles más interesante y
complicados que he visto este año.
Al menos
Haneke no se fue de vacío y se hizo con la
estatuilla obligada a mejor película de habla no inglesa por
Amor. Aun así no
pienso perder esta ocasión para volver a recomendar
No, la cinta chilena que
nadie esperaba y que ha sorprendido a todos.
Y ya que estamos de recomendación, otra de las alegrías del
año que sí se llevó premio fue la fantástica
Searching for Sugar Man. No solo
es el mejor documental del año, si no uno de los mejores que he visto y de esos
con los que os daré la lata a todos los conocidos.
He dejado para el final los dos premios de animación para
volver a recalcar que habría que obligar a los que votan a ver todos los
nominados e informarse de lo que ocurre a su alrededor. En cuanto al mejor
cortometraje,
Paperman, no discuto que no sea bonito, el problema es cuando
alguien dio el aviso de la existencia de
Signs, un cortometraje de acción
real de 2008 que comparte fondo y casi forma de un modo sospechoso. Yo me quedo
con
Head Over Heels que podéis ver
aquí y que es una preciosidad. He incluso
con
Fresh Guacamole, pincha
aquí, que no tiene mensaje pero también es una
chulada.
El largometraje de animación ganador ha sido
Brave de
Pixar.
No solo me parece la película más floja de las nominadas si no que es la peor
de la compañía del flexo. A falta de ver
¡Piratas!, cosa que solucionaré esta
semana para enfadarme aun más, tanto
¡Rompe Ralph! como
Frankenweenie y
El Alucinante Mundo de Norman son infinitamente más interesantes, imaginativas y
entretenidas que
Brave, un cuento soso y simplón. Creo sinceramente que los
académicos, ante la azarosa tarea de tener que perder el tiempo con
“dibujicos”, han votado a
Disney y
Pixar totalmente a ciegas.
Repasemos pues los listados definitivos. Como siempre
primero os pondré las mejores diez películas del año para la academia
basándome en el número de premios y candidaturas.
Ahora la lista buena, la de Combo Duo Plus, vuestro espacio
cinéfago de confianza. Estas son, oh siempre infravalorados y nunca
merecidamente tratados lectores, las VERDADERAS diez mejores películas de habla inglesa del año.
Recordad eso sí que las españolas podréis verlas en la reseña de los
Goya.