Gael colorista |
La trama aborda el referéndum, o plebiscito, al que se vio
sometido Pinochet en 1988. La presión internacional obligó al dictador a permitir una votación sobre su permanencia en el poder y a ceder quince
minutos de televisión diarios a los defensores del “No”. El
argumento nos cuenta como un reputado publicista asume la dirección de la
polémica campaña y las dificultades que se encuentra por el camino.
Que no que no |
Alfredo Castro es su compañero en la empresa de publicidad y
su adversario en la consulta popular. El problema con este actor es el mismo
que con casi el resto del elenco, los castellanoparlantes al este del Atlántico
nos perdemos mucho por la pronunciación y diferentes usos del lenguaje. Aun así
la película se puede ver sin problemas, no es para poner subtítulos como
hicieron tontamente con la colombiana El Páramo.
La cinta tiene muchos puntos fuertes pero hay uno que llama
la atención especialmente, más que nada porque parece un defecto al principio pero
poco a poco me convenció como una elección acertada. Me refiero a la
calidad de la imagen en sí, ya que está grabada íntegramente en video, con una
suciedad puramente ochentera y en 4:3. La falta de atracción inicial se va
transformando en un extraño realismo documental y la inserción de videos reales
de la época refuerza esta sensación. Al pasar veinte minutos todo rechazo se ha
evaporado.
Venga, supercachondeo |
En cuanto a la veracidad de lo narrado, no puedo hablar
porque ese año estaba demasiado ocupado naciendo en otro continente y luego
nunca he revisado la caída de Pinochet, pero parece que chilenos de toda
ideología están más que conformes con lo que No representa.
En conclusión, una película imprescindible para amantes de
la publicidad, dictadores que pretendan mejorar su imagen y cualquiera que quiera
ver una buena historia bien contada e interpretada. Y repito, el choque
visual termina siendo una ventaja.
Aquí el tráiler. Para los que quieran profundizar, esta
película cierra una trilogía temática en la que Larraín ha narrado tres
momentos de la dictadura: el alzamiento en Post Mortem, los días duros en Tony Manero y el final en No. Un 8’25.
No hay comentarios:
Publicar un comentario