21/3/13

Anna Karenina

Hoy he visto Anna Karenina, una sobre buscar el amor arrasando con lo que haga falta.

Cartel de cuento
Nueva, aunque supongo que nunca última, versión de la novela homónima de León Tolstói. Según IMDb, este es el vigésimo largometraje basado en la obra a la que hay que sumarle seis series y otras dos películas para televisión. Los fanáticos de Tolstói espero que estén satisfechos pero yo, total desconocedor del tocho decimonónico, me centraré en la que ahora toca.

La trama nos sitúa en la Rusia de la segunda mitad del siglo XIX. Anna está casada con Karenin, un importante funcionario con el que tiene un hijo. En un viaje a Moscú conoce a Vronsky, un oficial que se enamorará locamente de ella y que la perseguirá hasta su regreso a San Petesburgo. Ambos comienzan una relación que será la comidilla de la sociedad y la pesadilla del pobre Karenin.

Morritos Knightley
Keira Knightley es una Anna Karenina perfecta. Sabe fingir recato y timidez cuando debe, para después desatar sus pasiones o su ira contra quien se cruce en su camino. Egoísta y prácticamente bipolar, su personaje no conseguirá nunca lo que quiere porque ni ella sabe muy bien qué narices necesita para ser feliz. Knightley vuelve a desencajarse la mandíbula durante horas poniendo la cara de loca que perfeccionó en Un Método Peligroso y convence también en las escenas románticas.

Kick-Ass ruso
No tanto su amante, Aaron Taylor-Johnson, que aguanta mejor el plano cuando está él solo que cuando lo comparte con la prota. En esas escenas parece desaparecer y perder toda la pasión que supuestamente lo empuja. Hay que reconocerle a Taylor-Johnson cierto valor al elegir proyectos ya que de Kick-Ass pasó a Salvajes y después de este clásico volverá a los cómics en Kick-Ass 2.

Luciendo vestuario
Domhnall Gleeson y Alicia Vikander terminan quedándose con la película. Su historia y relación es la más convincente e interesante pese a los pocos minutos de metraje que se les concede. Matthew Macfadyen y Kelly Macdonald defienden sus pequeñas intervenciones y Jude Law está más soso que nunca como en Karenin. Los conocedores del original sabrán, pero da la sensación de que el personaje del marido engañado es así de aburrido desde la novela.

Joe Wright, el director, también ha probado con diferentes géneros. Empezó con su premiada versión de Orgullo y Prejuicio para luego volver a convencer a la crítica en Expiación. Con Hanna demostró que podía ponerse moderno y aquí intenta una mezcla extraña con una atrevida puesta en escena.

El pobre cornudo
Por un lado conserva el tono clásico, un vestuario nada rompedor, Oscar incluido, y decorados nada llamativos a simple vista. Por otro, hace que sus personajes cambien de localización en vistosos planos secuencia donde vemos como los falsos fondos se cambian por otros sin salir de una misma estancia. Gracias a esto la película parece estar rodada íntegramente en el interior de un teatro. Incluso los planos del tren yendo y viniendo de Moscú a San Petesburgo no muestran más que una locomotora de juguete pasando entre casas de muñeca. Solo en la historia de Levin, Gleeson, el director permite verdaderos exteriores para, según las notas de producción, demostrar que es el único que está en contacto con la realidad.

Toda esta técnica consigue quedarse en un punto medio entre el acierto total y la comedia no pretendida. En muchas ocasiones parece que los protagonistas se van a lanzar a cantar y me pregunto si no hubiese sido buena idea. La falsedad del ambiente debería haberse llevado un poco más al extremo y yo, como fanático de Moulin Rouge, hubiese acelerado tanto el ritmo como el tono en sí de la historia. Si narras esto como un cuento de hadas, que salgan hadas.

En conclusión, una película correcta, con buenas actuaciones y ambientación atrevida que, finalmente, se queda un poco corta.
Estos dos son los que molan
Aquí el tráiler. Parece que toca revisitar los clásicos y esta Anna Karenina se estrena en el puesto que merece, entre Los Miserables y Grandes Esperanzas. Un 7.

2 comentarios:

  1. pues vamos a ver...
    Meto a la niña en los Crood y yo me trinco a la Karenina, en principio con mucha ilusión porque es mi género, ya comentaré a la vuelta.

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  2. Me ha gustado mucho.
    La ilusión de recordar que es una obra de teatro me parece atrevida y original el vestuario grandioso(me sentó mal por los miserables, que era muy bueno pero...)
    Lo del vals divertido y muy loco (los de al lado se largaron)
    Personalmente me quedo con el marido (el amante como tu dices desaparece cuando sale la "pirata")pero el marido aunque su personaje es pura sosería consigue ser un grandioso soso, me convenció.
    La escena final, aunque tierna me dejó preocupada. El hijo no crece nunca.

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