El título en España es para vomitar arcoiris |
La trama nos presenta un universo en el que dos planetas
orbitan casi unidos alrededor de su sol. Cada uno tiene su propia gravedad y
esta afecta siempre a sus habitantes aunque cambien de mundo. Por supuesto,
unos son ricos y otros pobres de solemnidad así que el contacto está
restringido. Subidos a unas montañas que casi permiten pasar de un planeta a
otro, dos jóvenes se enamoran y comienzan una complicada historia de gravedades
encontradas.
La oficina loca |
estos complicados proyectos de producción ya que hace un par de meses se estrenó
Kirsten en punto muerto |
Lo que le gustan a esta los besos complicados |
base estable. Las tres simples leyes gravitatorias que explican en un escueto prólogo se trasgreden y modifican según lo requiera el argumento. Las absurdas soluciones a los complejos problemas vienen a ser el símil en el mundo de la fantasía al “y entonces un duende les dio un objeto mágico”.
Como película romántica es aun peor. Los personajes no
tienen sangre en las venas, no hay nada entre los protagonistas y se intenta
disimular con una banda sonora empalagosa que no apetece. Su relación se basa
en decir que se quieren una vez y darse un beso, no hay nada más. Hasta Bella
acariciando al vampiro brillante parecía sentir más apego. Bueno, ahí me he
pasado.
Cualquier cosa |
Pese a todo esto, la fotografía es interesante, al menos
cuando no deforman la imagen, y las escenas en la oficina con el suelo y el
techo ocupados por personajes están muy conseguidas. Hay buenas ideas
diseminadas por toda la película que hacen disfrutable este compendio de
errores y lagunas argumentales. Aunque fallida, la película es lo suficientemente atractiva como para no sentirse engañado del todo, recordemos que vivimos en un momento en el que los refritos reinan y la imaginación escasea así que cualquier propuesta loca, aunque mal planteada y ejecutada, es merecedora de algún puntillo de más.
Aquí el tráiler. Algún crítico ha dicho que parece el tipo
de ideas que se espera que destroce Terry Gilliam. Yo soy muy de Gilliam y estoy
seguro de que él la hubiese destrozado con mucho más encanto. Recomiendo eso sí el corto Head Over Heels, ver aquí, que en diez minutos presenta y resuelve de manea magistral lo que Un Amor entre Dos Mundos no en capaz de hacer en cien. Un 6’0.
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