Hoy he visto
El Gran Gatsby (The Great Gatsby), una de
excesos desganados y pompa insustancial.
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Ninguna queja en cuanto al diseño |
Baz Luhrmann adapta la inmortal novela de
F. Scott Fitzgerald sin profundizar demasiado en su significado. Al menos eso creo, porque reconozco que me he leído el original ex profeso para documentarme antes
de ver a peli y, la verdad, no he conseguido encontrar en sus páginas la novela
fundamental de la literatura del siglo XX de la que hablan los que de verdad
entienden.
La trama sigue la del libro paso a paso, a penas modificando
alguna acción discretamente. Nick Carraway vive en una pequeña casa a las
afueras de Nueva York en las años 20. Su vecino, un tal Gatsby, monta unas
fiestas despampanantes y poco a poco se irá mezclando en su vida hasta que le pida
un pequeño favor. El amor, el alcohol y el desenfreno a ritmo de jazz de la
sociedad que quiso gastarlo todo terminada la I Guerra Mundial.
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Qué bien lo pasamos |
Tobey Maguire es el conductor del relato y uno de sus
principales lastres. Su cara de atontolinado hace muy cuesta arriba la primera
parte de la película en la que aun no se ha presentado al verdadero personaje
protagonista. Ya no vale excusarle con que
Peter Parker es un perdedor o que
los
jockeys son gente rara,
Maguire es un panoli y no apetece.
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¿Por qué no me dan mi Oscar? |
Justo lo contrario pasa con su compañero de reparto y amigo
personal
Leonardo DiCaprio. Su presentación en la película es tan impactante
que desde ese instante sabes que va a devorar al resto del reparto. Y ojo, todo
es mérito de la capacidad del actor ya que el errado montaje de
Luhrmann no le
hace ningún favor especial a su personaje. Todos tienen su dosis de planos
mareantes pero de eso hablaremos más adelante, ahora toca insistir en la preponderancia
de
DiCaprio por encima de los demás. Arroya a
Maguire y deja en nada a
una sosísima
Carey Mulligan.
La ambientación, escenografía, vestuario y demás detalles
artísticos, son algo en lo que
Luhrmann se sabe poderoso y acierta de un modo
aplastante. El exceso visual, tanto para el lujo desenfrenado como para las
cenizas polvorientas, le sientan de lujo a una película que expresa así la
condición del libro de caricatura de un momento determinado de la historia norteamericana.
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Spiderman a punto de bailar |
Y ahora si, vamos al problema. La sensación principal que
deja
El Gran Gatsby es que la preproducción y postproducción se hicieron pensando
en
Mouling Rouge pero la producción se basó en
Australia. Parece que una vez preparada
toda la opulencia, vestuario, cientos de figurantes e imposibles circuitos de
railes para las cámaras,
Luhrmann rodó una historia sencilla donde los personajes
solo tienen que hablar entre ellos.
Por culpa de todo esto, la sensación de número musical que
no termina de comenzar se prolonga durante toda la película. Especialmente en
los momentos de las fiestas, escenarios donde el directo de verdad se siente
cómodo, todo queda en nada cuando tras un subidón de música inicial, se pasa a
gente andando y dejando atrás el alboroto que deja de encajar con la música que
suena de fondo.
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Estos dos molan |
No se puede hacer un musical exagerado sin números musicales
igual que no se puede hacer una historia clásica con elementos exagerados que
finalmente no aportan nada. Una pena que sea
Baz Luhrmann el que fracase en
esto cuando fue él mismo el que dio con la mezcla perfecta de modernidad
clásica en
Romeo y Julieta de William Shakespeare.
En conclusión, una obra magnifica de publicidad y promoción.
Una banda sonora repleta de los artistas más comerciales del momento
versionándose entre ellos para conseguir hacer poco y que parezca mucho. Una
campaña de marketing que es en sí misma, y sin pretenderlo, algunas de las ideas
de la película y el libro: consigue lo que quieres siendo excesivo,
especialmente si no eres nada.
Aún no me he recuperado...
ResponderEliminarSe supone que es una historia aparentemente superficial que refleja el verdadero espíritu de la era. La diferencia es que el libro está lleno de dobles significados y simbología que en la película se pierden. Salvo la luz verde y la mirada de Dr Eckleburg, aunque los sobreusa tanto que dudo que nadie se haya planteado que signifiquen algo.
Hace mucho tanto que no salía tan decepcionado del cine. Hubiera llorado si no hubiera sido por Leo y los diseños de set y vestuario que son como mis sueños hechos realidad!
Si es que está claro, ya que no iban a profundizar en el guión y tenían ese diseño ¡hacedlo musical joder!
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