Hoy he visto
Insensibles, una de enfermedades raras,
actuaciones tróspidas y fachas nazis que huelen a los rojos.
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Chócala |
Debut en el largometraje de
Juan Carlos Medina que también
firma el guión junto con
Luiso Berdejo. Estrenada en
Sitges y vista en el
reciente
Nocturna, cada pase de
Insensibles divide a la prensa entre los que
defienden sus virtudes y los que no entendemos cómo alguien puede encontrar
valores positivos en este mejunje.
La trama nos cuenta dos historias. En la del presente, un
exitoso cirujano husmea en su pasado familiar y descubre enigmáticos secretos.
Intercalado con la investigación, iremos viendo cómo durante la Guerra Civil, un
grupo de niños son encerrados porque sufren una enfermedad que no les permite
sentir dolor.
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Niñoooo |
Àlex Brendemühl es el protagonista y prefiero no hacer
demasiada sangre. Algo creíble en catalán, no consigue sin embargo transmitir
nada cuando habla en castellano. Parece un anuncio continuo, forzado y sin otro
motivo que servir de enlace para la trama del pasado que es menos insufrible. Del resto casi prefiero no hablar, la sensación de obra de fin de
curso de alumnos de primaria es continua. Y no lo digo por los niños ojo, que
están bastante mejor que los adultos. Creo que la palma se la lleva
Ramon Fontserè pero en fin, que mejor no seguir. Y de todo lo dicho anteriormente saquen a
Juan Diego que, pese a lo sobreactuado, es el único momento
de la trama del presente que parece interesante.
La banda sonora compuesta por
Johan Söderqvist es otro de
los elementos salvables. Oscura e interesante, acompaña a unas imágenes que
casi no se merecen esa música.
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En la cueva del malo |
Y si los palos están siendo desmesurados, a parte de porque
es un verdadero truño, es debido a que da la impresión de que podría haber sido
una película decente. El prólogo es inquietante y atrayente, lo mejor del
metraje sin duda, y hay momentos en la cárcel/hospital en los que
casi apetece que te cuenten la historia. Una pena que las lagunas argumentales,
las interpretaciones absurdas y el forzadísimo tono político, que no sirve más
que para alejarse del género sin venir a cuento, terminen dinamitando todo
rastro de buen hacer.
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Así tratamos a los enfermos en España |
Aquí el
tráiler. Si se quiere meter a los fachas asesinos y
mezclarlo con el terror fantástico hay que hacerlo bien, como en
El Laberinto del Fauno. Un
3’5.
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