Hoy he visto
Omnívoros, una de clase alta, esnobismo y carne
humana riquísima.
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Cartel molón |
Segunda película del guionista y realizador
Óscar Rojo.
Apuesta original con toques de género, suficientes para contentar a los
aficionados menos exigentes pero sin terminar de catalogar la película dentro
del terror o el gore.
La trama se centra en un crítico gastronómico de prestigio
que busca nuevas experiencias. Su investigación le lleva a un selecto club en
el que parece que la carne tiene una procedencia algo perturbadora.
Mario de la Rosa es el protagonista y lamentablemente supone
uno de los principales problemas de la cinta. No ya solo porque su
interpretación sea algo sosa, que lo es, si no por su volumen y pronunciación
tan de cine español, ese que hay que ver con subtítulos porque todos creen que susurrando se actúa mejor.
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El amor |
No sufrimos ese problema con
Paco Manzanedo, habitual
secundario televisivo que aquí interpreta a un perturbado asesino que sin decir
una palabra se queda con la película. No sabemos de dónde viene ni a dónde va y
eso es el mayor atractivo de un personaje carismático e interesante.
Fernando Albizu,
Sara Gómez y
Marta Flich completan un reparto efectivo con
pequeñas sorpresas agradables como el desengrasante
Ismael Fritschi.
Rojo maneja con ganas el tempo consiguiendo enganchar
al espectador en todo momento. Dejando a un lado las subtramas
que no terminan de conducir a ninguna parte y decisiones más o menos correctas,
depende del gusto de cada uno claro,
Omnívoros es entretenida y una grata
sorpresa independiente.
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¿Muslo o pechuga? |
Aquí el
tráiler. Un gusto ver una película que no se
desmorona tras un prólogo molón como la mucho menos interesante
Insensibles. Un
6’0.
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