Hoy he visto
Riddick, una de cazarrecompensas malotes,
bichos reguleros y resurrecciones por los pelos.
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Esas gafas molonas |
Tercera entrega de esa especie de saga inestable que se han
montado
David Twohy y
Vin Diesel. Comenzaron con
Pitch Black, cinta de
monstruos espácieles de serie B que resultó bastante rentable y entusiasmó a
unos cuantos. De ahí se pasó a
Las Crónicas de Riddick, intento de gran space
opera que resultó fallida. Tras varios comics y videojuegos y hasta un corto de
animación auspiciado por el propio
Diesel,
The Chronicles of Riddick: Dark Fury, sus responsables han pensado que era hora de volver a dar a sus
seguidores algo de carnaza.
La trama nos cuenta cómo un Riddick traicionado por los
necróferos, necromongers en versión original divertida, sobrevive a duras penas
en un paraje inhóspito. Se hace amigo de un cachorro de perro raro y juntos
viven muchas aventuras. Un día hace malísimo y se ve que la tormenta
traerá consigo a unos escorpiones horribles que se pirran por el agua, así que
deciden largarse del planeta. Para eso activa una baliza de socorro avisando de
que es él, Riddick, el más malo, y así atraer a varios grupos de cazarrecompensas que piensa matar para largarse en su nave.
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Gears of Diesel |
Vin Diesel tiene el chulo subido y así es como debe ser.
Suelta más frases sentencia en esta película que en las dos anteriores juntas y
eso es exactamente lo que se esperaba. Para rematar la
faena, se permiten hablar de sexo y por fin vemos que Riddick está más caliente
que el palo de un churrero y se vuelve loco cuando aparece una fémina. La tipa
en cuestión no es otra que
Starbuck,
Katee Sackhoff para los no iniciados.
Juntos tienen un par de conversaciones con las que es imposible no reírse, fuese
esa o no la intención con la que fueron escritas.
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Los mercenarios descarriados |
El mercenario malvado y con todas las papeletas de morir es
Jordi Mollà, uno de los villanos favoritos del Hollywood actual. Desde que salió en
Dos Policías Rebeldes II no ha parado y en cuanto hay un villano hispano, ahí
tienes al bueno de
Jordi, molando mucho más con ese histrionismo exacerbado que
en cualquier producción patria con ínfulas de intimismo.
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Kara enfurruñada |
Por si todo esto fuese poco, por allí anda también el ahora
conocido como
Dave Bautista pero que, como le pasa a
The Rock, siempre será
Batista en nuestros corazones. El tipo sigue sin actuar pero cada vez le dan
más frases, a ver que tal en
Guardians of the Galaxy.
El primer tercio de la película está muy conseguido. Media hora de
Riddick y su perro en la soledad de un planeta lleno de bichos feotes. Algunas
frases sueltas del protagonista adornan este capítulo de
El Último Superviviente que por mi hubiese alargado hasta el final. No es
Kamikaze 1999 de
Luc Besson pero es entretenimiento palomitero efectivo de bajo
presupuesto.
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Liada parda |
Luego la cosa se transforma claramente en un remake nada
disimulado de
Pitch Black con estructura casi idéntica e idénticos aciertos y
fallos. Todo es entretenido hasta el clímax final que vuelve a ser tedioso y
falto de chispa. Digamos que una vez que desencadenan a Riddick, la peli deja
de ser interesante a falta de veinte minutos para los créditos.
Pero a esas alturas ya me lo había pasado mejor de lo que
esperaba así que, para un servidor, está al nivel de la primera entrega y
espero que haya más. Total, qué más da.
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