La versión de la versión |
La trama nos cuenta la versión de Domscheit-Berg sobre cómo
conoció a Julian Assange, la fundación de Wikileaks y sus primeras
filtraciones. Desde el jugueteo con bancos suizos hasta el conocido Collateral Murder todo parece ir bien. La filtración de Manning enrarece el asunto y a
partir de ese momento Assange se transforma en el malo de la cinta.
Jugando al WoW |
Y si antes he hablado de mi decepción al conocer que la
primera ficción sobre las mega filtraciones iba a estar basada en el libro de
un arrepentido, reconozco que la visión altamente positiva sobre el tema de los
dos primeros tercios me ha sorprendido. Es cierto que casi repentinamente transforman
al prota en un villano loco al que lo único que le interesa es destacar por
encima de los demás, pero el inicio benevolente y un epilogo bastante acertado
donde subraya la importancia de rebuscar la “verdad”, hace que su figura no
termine tan ensombrecida como pensaba. Eso sí, la pullita final sin aclarar
sobre las denuncias de abusos está fuera de lugar.
Condon consigue que los neófitos en este tema, que espero
sigan leyendo aun esta crítica, se interesen por lo acontecido gracias a varias
escenas más o menos conseguidas que mezclan la realidad con una interesante
metáfora visual. Puede que su poesía sea demasiado descarada e incluso
tontorrona pero es funcional y casa con las pequeñas filigranas que se permite
en el montaje.
Pues se han filtrado unas cosillas |
En conclusión, un buen aperitivo para los que quieran saber
más o para aquellos que descubran ahora el pastel. Da igual cual sea tu verdad,
puedes disfrutar de esta cinta criticando o alabando su versión. Yo, como
rosaventero, me quedo con la de W de Wikileaks.
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