El título es el nombre del perro. Da igual vamos |
La trama, basada en la novela Malavita de Tonino Benacquista, nos presenta a una familia italoamericana que llega al norte de
Francia bajo el amparo de la protección de testigos del gobierno
estadounidense. El patriarca ha delatado a miembros de su otra "familia" y
ahora espera salvar lo que queda de la verdadera. Pero claro, es difícil
olvidar ciertas costumbres.
Robert De Niro interpreta lo que todos esperamos del actor a
estas alturas. Lo mismo ocurre con Michelle Pfeiffer y Tommy Lee Jones que
trabajan sin esfuerzo para brillar como nadie. John D’Leo consigue no molestar
y Dianna Agron puede hacer lo que le de la gana que a mi siempre me va a
gustar.
El guión está lleno de lagunas, deus ex machina y tramas
secundarias que no llevan a ninguna parte. Teniendo en cuenta esto, la película
es divertida y entretiene de principio a fin. Los desmanes sádicos humorísticos
de todos los personajes convierten su metraje en un cruce entre Kick-Ass y
Falsas Apariencias, sin llegar a ser tan interesante como estas dos pero sí igual de
benévola con el espectador poco exigente.
Y como el meta humor a mi me hace gracia, los detalles
sobre la carrera de De Niro con ese repaso a El Padrino: Parte II, Los Intocables de Eliot Ness y Uno de los Nuestros, me han alegrado aun más la peli.
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