El de los tatus sale diez segundos. Literalmente |
La historia cuenta la leyenda cuasi histórica de los 47 samuráis
que decidieron vengar a su señor pese a enfrentarse a una muerte segura. Aquí se
introduce a una bruja, criaturas fantásticas y un tipo americano que nadie sabe por
qué está ahí.
Hiroyuki Sanada es un Ôishi convincente que podría haber
hecho mucho más en una versión con menos intereses económicos. Ese es el
motivo por el que el pobre Keanu se ha visto involucrado en esto, no querían
tener un cartel de caras asiáticas así que metieron un personaje occidental con calzador y
punto.
Colorines |
Le salva eso sí su fabuloso diseño de producción. Los
escenarios, vestuario y artilugios varios hacen que no resulte del todo inútil pagar
la entrada. La escena de la infiltración final en el palacio del malo casi está
al nivel que los conocedores de este relato querrían.
Una pena que terminen por notarse tanto los motivos por los
que existe este producto y no dejen disfrutar del resultado. Como detalle que
resume lo que realmente es todo esto, el tipo de los tatus que sale en el
cartel y los trailers a modo de promoción occidental, ha sido eliminado del
metraje y sólo tiene una frase y una aparición de unos diez segundos en
pantalla.
Keanu muy triste firmando unos papeles |
Muy buena crítica. Uno sale del cine creyendo que le han timado y que tras una idea buena hay un montón de cosas mal llevadas a cabo. Salí del cine poniendo la misma nota... una pena porque me interesaba ver al Keanu de nuevo en el cine de acción y de efectos.
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