Ahí va el tío |
La historia nos presenta a un empleado de la revista Life
que tiene una vida monótona y alejada de cualquier experiencia vital remarcable.
Para pasar el rato se imagina viviendo mil aventuras hasta que, obligado por su
curro, le toca vivir una de verdad.
Stiller tiene pulso y oficio suficiente como para salir indemne
de este encargo. Durante casi 15 años esta película ha estado viajando de
oficina en oficina, cambiando una y otra vez de manos hasta que se llegó a lo
que tenemos ahora. Puede que por ese camino se perdiese un poco el norte de a
dónde se quería llegar.
Y es que esta película, divertida, visualmente poderosa y
con la banda sonora moderna que prometía el trailer, tiene el problema de no
saber tratarse a sí misma. Está a punto de ser una comedia ligera y una
aventura emocional pero no termina de ser ni lo uno ni lo otro. Además incluye
un par de chistes que encajaría muy bien en Tropic Thunder o Zoolander pero que
aquí no vienen a cuento y cortan el rollo.
Aun así, se disfruta de principio a fin. Su mensaje naif y
positivo puede picar alguna muela pero, en una buena pantalla, es fácil pasar
un buen rato con el fondo que ofrece este cuento.
Qué pasa muñeca |
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