Marejada, marejadilla, fuerte marejada |
La trama nos presenta a un experimentado marinero y a su
velero. Tras chocar fortuitamente con un contenedor de carga que flota
perezoso, las cosas se complican. No sólo debe reparar el daño sufrido, si no
prepararse para una tormenta que le irá apretando las tuercas.
Robert Redford está acreditado simplemente como “Our Man”. El
único hombre en pantalla dice poco pero transmite lo que hace falta. Tampoco reconozco una actuación de época ni al actor contra las cuerdas que podrían
vendernos. Su trabajo es eficaz desde luego, pero en ocasiones es exagerada la
calma con la que afronta los acontecimientos y la lentitud con la que se mueve.
Para un tipo de setenta y siete años el esfuerzo es innegable, pero muchos momentos de tensión los provoca la dubitativa velocidad de reacción.
Y el grifo abierto |
Aun con todo esto la aventura se me pasó volando.
La mezcla entre su buena fotografía, la elegante banda sonora de Alex Ebert y,
sobre todo, la inteligente realización de J.C. Chandor, hacen de esta odisea un
viaje duro pero placentero al mismo tiempo. El sufrimiento nunca termina de
volverse en contra del espectador, puede que demasiado curtido en flotar a la
deriva, y la insistencia en el silencio es el detalle original que todo film
necesita.
Agárrate que vienen olas |
Sí, sí, de acuerdo!
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