Para pasar la tarde, no es |
La trama nos lleva a Bosnia donde una familia malvive como
puede de la chatarra. La mujer sufre un aborto y tras trasladarse al hospital
descubren que, al no tener tarjeta sanitaria, deben pagar la operación que
necesita, algo imposible. El chatarrero hará lo que pueda para conseguir que
traten a su mujer y que no corten la electricidad de su casa.
Nazif Mujic y Senada Alimanovic son los protagonistas de su
propia historia junto con sus dos hijas pequeñas. La dureza del relato y su día a
día sorprende en cada minuto de metraje, algo que angustiará a muchos y
aburrirá a otros.
No hay que engañarse, estamos ante un producto muy simple
que arrastra su triste anécdota todo lo que puede durante 75 minutos, y menos
mal. Si llega a durar más me hubiese terminado rindiendo.
Merece la pena verse por la valentía del director, el
férreo espíritu de sus protagonistas y por descubrir otra realidad diferente.
Chapas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario