No sé si es peor el título original o el español |
La trama nos presenta a un joven que es despedido de una
empresa de productos tecnológicos y decide pegarse una última fiesta a costa de
la marca. Estos le pillan y le obligan a trabajar para la competencia y
pasarles planos de su próximo móvil. Allí, como no podía ser de otra
manera, conocerá a una chica muy guapa y se enamorarán. ¿Conseguirá engañar a su novia para salvar a su familia? ¿Podrá el amor poner orden en su vida? ¿Le importa a alguien todo esto?
Liam Hemsworth y Amber Heard son los guapos protagonistas y
Gary Oldman y Harrison Ford los jefazos. Estos dos últimos aguanta el encargo
como pueden, con alguna dificultad más para Ford que está rapado para la
ocasión y resulta extraño y casi fallido. No puedes dejar de fijarte en la
calva y te pierdes lo que dice.
Los planes de unos y otros parecen competir por ver cual es
menos inteligente. El misterioso pasado de los empresarios resulta ser tan
tonto como su presente y el protagonista, de pronto, se transforma en una mente
maestra. Todo esto repasado en diálogos que repiten en voz alta cada acción dos
o tres veces por si el espectador es imbécil.
El abuelo |
Esta peli sólo me sirvió para entender por qué Indie siempre lleva sombrero. Es calvo, el pobre.
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