Cruel & Unusual es una producción canadiense escrita y
dirigida por el debutante Merlin Dervisevic. La historia nos cuenta cómo un
tipo que mata accidentalmente a su mujer es encerrado en un extraño centro. A
medio camino entre el infierno y el purgatorio, allí será obligado a revivir
una y otra vez los últimos momentos de la vida de su mujer hasta que asuma su
culpa, cosa que no está tan clara. Lo que empieza siendo un gamberro juego de
intrigas macabras, se convierte a la mitad en uno de los guiones más
trabajados e interesantes de esta edición del festival. Con personajes bien
construidos e ideas intrigantes, la trama irá avanzando a la par que el interés
del espectador hasta su clímax final, igualmente eficaz. Sin redundancias
visuales y modesta puesta en escena, Cruel & Unusual es una de esas raras
ocasiones en el que se puede celebrar la victoria del guionista que quiere
aportar algo nuevo y no nos toma por tontos. Puede que sea nuestra propia
Coherence. Un 8.
La Matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre) era sin
duda el gran evento del día y posiblemente del festival. Cuarenta años después
de su estreno, la película no ha perdido ni un ápice de la crudeza que la
convierte en uno de los pilares del género. Desde el armadillo muerto en la
carretera hasta la ensordecedora danza final motosierra en mano, todo el sucio,
perturbador y terroríficamente real. La fundación de los viajes de carretera que acaban mal, el descubrimiento de que el peor enemigo puede no venir de fuera, puede venir incluso desde la formación familiar. Ver esta película es como volver a
montarse en una montaña rusa, sabes el recorrido pero la emoción siempre es la
misma. Tobe Hooper nos acompañó y recibió su premio de Maestro del Fantástico y
disfrutó de una ovación del respetable.
Tobe y el bueno de Cthulhu |
Lord of Tears era la película que cerraba el día y una de
las más esperadas. Las buenas críticas en otros festivales
hicieron que el hype creciese hasta convertirse en la comidilla y llenar
completamente la sala 2 de los Palafox. La cinta, producción inglesa dirigida
por Lawrie Brewster, narra cómo un tipo rancio vuelve a la mansión donde vivió
de pequeño y en la que recuerda a un terrible hombre con cara de búho. Según
sus realizadores, intentan crear un relato atmosférico con toques góticos
inspirados tanto en la mitología de Lovecraft como en el moderno mito de Slenderman. Con
todo esto en mente, especialmente lo de las buenas reseñas, no me entra en la
cabeza cómo alguien puede disfrutar con la mamarrachada que nos proyectaron.
Una lucha feroz en pantalla sobre quién trabajaba peor que terminó en empate
entre el director, guionista, cámara, iluminador, editor, compositor de la
banda sonora y el horripilante protagonista. La supuesta atmósfera nunca llegó a manifestarse y el misterio, plumas y llaves mediante, resultó ser tan tonto como todo a su alrededor. La sucesión de planos mal rodados
y repetitivos hizo estallar las carcajadas del público en los momentos que
pretendían ser más tensos, especialmente cada vez que salía el colega rubio del prota que nadie supo a qué venía hasta la tópica resolución final. Yo, que nunca hablaré durante una proyección, tengo
que agradecer el cachondeo que empezó a la media hora de
proyección porque estaba muriéndome en la butaca y de pronto me vi acompañado.
Un despropósito, y todo esto con Sarah Daly, productora y guionista de la
peli, aguantado el chaparrón. Un 2.
En cuanto a los cortos, Blink causó la misma sensación de
Lord of Tears mientras que Mienin, sobrando voz en off, resultó algo más
interesante.
También se proyectaron Silent Retreat, de la que la gente
salió dormida, Circus of the Dead, que dividió al público y La Cueva, cinta de
claustrofobia española que gustó bastante. Me quedo con ganas de estas dos últimas
y las cambio por el truño del búho. Que por cierto, se refieren a él como Owlman, más tarde resulta ser un tal Moloc pero nunca se explica de dónde mierdas se han sacado lo de Lord of Tears.
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