Pues venga, otra más |
La trama vuela sobre la burbuja inmobiliaria. Una niña de
papá de un constructor al que han pillado pringado, hereda facturas y
clientes enfadados. Intentará sobrevivir quedándose muy quieta y no haciendo
nada mientras alguien busca el botín del patriarca.
Con actuaciones de pregón de colegio y banda sonora de film
erótico tristón, la historia va avanzando lenta, como el segundero del reloj
que no terminaba nunca de llegar a la hora y media en la que esperaba que
terminase el experimento.
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