El nombre del volcán no se llega a decir |
La trama nos cuenta cómo una pareja de divorciados que se
odian, no sabemos muy bien por qué, deben aguantarse durante el viaje a la boda de su hija. Como sucede
durante la erupción del famoso volcán islandés que canceló vuelos en toda
Europa, el trayecto será algo más complejo de lo que esperaban.
Dany Boon se centra en hacer del buen tipo algo despistado
que cae bien a todo el mundo. Su contrapunto es una insoportable recreación del
petardeo encarnada en Valérie Bonneton. Los guionistas no han sabido medir las
bondades y defectos de sus personajes y la balanza está tan inclinada que es
imposible no odiarla a ella y entenderle a él. Esto en una comedia donde se
supone que debemos enfatizar con ambos, es un error absoluto.
El ritmo es decente y la sucesión de acontecimiento alocados
responde a lo que se espera de una road movie al uso. Otra cosa es que los
chistes funcionen y no, no lo hacen. Una pena porque con el buen hacer de Boon
esperaba mucho más.
Mucho jaleo |
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