La Cueva, una de colegueo, mosqueo, irritación y odio visceral.
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Poster con laureado |
Producción española dirigida por
Alfredo Montero que ha
conseguido ser estrenada tras su paso en
Sitges y ganar el
Paul Naschy del
pasado
Nocturna. Como asistente a dicho certamen, me perdí su proyección en favor de la prometedora
Lord of Tears, subproducto desastroso que
sufrimos prácticamente todos los acreditados. Por eso, cuando
La Cueva se llevó
el galardón la indiferencia reinó en la sala. Ahora que ya he pasado por caja la cosa cambia y pese a sus virtudes no, no puedo estar de acuerdo.
La trama, escrita por
Javier Gullón y el propio
Montero, nos
cuenta cómo un grupo de cinco amigos se pierden en unas cuevas laberínticas de
la costa de Formentera. El miedo, el calor y la deshidratación van haciendo
mella en el grupo hasta que se transforman en personas que jamás imaginarían.
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Cuidado con la cabeza |
Los cinco actores aguantan como pueden. Las escenas de mayor
calma y naturalidad son en las que salen peor parados, cosa que hace de la presentación un duro bache inicial, pero mejoran según sus personajes lo pasan peor. Esi sí, que
Eva García se llevase el
premio a mejor interpretación femenina en el
Nocturna es un misterio mayor que encontrar la salida.
Lo que está claro es que la peli transmite angustia y ese
es un pilar fundamental. Lo malo es que se apoya tanto en eso que casi se
olvida de contar nada más. Puede que alguno piense que no se puede sacar de
donde no hay, pero yo no me aburrí ni un segundo viendo
Buried y el espacio es
aun más reducido.
En definitiva, una puesta en escena conseguida y una
película sincera para el que no busque absolutamente nada más que lo que
propone la sinopsis.
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