En serio, qué pena |
La trama nos cuenta como un hormonado equipo de agentes de
la D.E.A. es acusado del robo de un dinero que tenían que incautar. Pasado un
tiempo, y un poco porque sí, son readmitidos y vuelven a la carga. Lo malo es
que con su regreso empiezan a morir uno a uno y deben encontrar al asesino.
El molar |
La pena es que con el prota en ese estado, los que están a
su alrededor no pueden ser disfrutados como deben. El trio formado por Joe Manganiello y unos irreconocibles Josh Holloway y Sam Worthington, merece una
precuela a parte. Una historia donde los veamos en su mejor momento y con el
jefe a la cabeza.
Sam Worthington haciendo algo interesante, bien |
Con una banda sonora de telefilm y una historia tontorrona
que pretende no serlo, la única sorpresa es la brutalidad de ciertas escenas
que se acercan más al gore que al cine de acción convencional. Eso que me llevo.
Parece que David Ayer está
francamente insatisfecho. Se dice que la versión que él tenía rodada llegaba a las
tres horas y se centraba mucho más en la trama del dinero y en el thriller puro
que rodea el metraje. Como la versión de la productora es una cinta de acción
de hora y media, entiendo muchos flecos que se intuyen pero terminan pareciendo chorradas gratuitas. Como he dicho al principio, qué pena.
Disparando a los críticos |
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