Mucha gente muy contenta |
Me dirijo derecho a la sala de redacción para descubrir que
tengo un pase en ese momento y salir corriendo como un tonto. Esto sólo lo hago
por el cine surcoreano y por llegar al autobús por las mañanas, que conste. Tras la proyección,
tremendamente reconfortante, vuelvo a la sala de redacción para llegar tarde a
la rueda de prensa de John Malkovich. Parece que no es mi día pero me lo cruzo
por un pasillo y me lo alegra. El tipo lleva un bastón y lo que sería una
tara para el resto, se vuelve un elemento extra en su escala de molar que,
junto con la perilla, hacen que su imagen se quede impregnada en las paredes a
su paso. Ahora entiendo a Spike Jonze.
Flora atea |
Entro en la sala, me queda un hueco atrás del todo y
veo la película como un ornitólogo, con prismáticos. Cuando termina, como me ha gustado, me pongo en otra cola para ver si me decepciona la última y puedo irme a casa.
En este cuarto pase juego a algo peligroso, me acerco al asiento de Pumares
como para sentarme, pero sin hacerlo, que no estoy loco. La cosa termina bien
porque no entiendo la película y decido que puedo irme a descubrir qué me
espera en el Atalaya/Olga/Olga’s Palace.
Veo desde la calle que la luz está apagada y me alegro,
supongo que mis monstruitos estarán roncando terrible y apaciblemente. Cuando
llego a la habitación me asusto al encontrarme el set de los primeros minutos
de Salvar al Soldado Ryan. Guiño un poco los ojos, gesto típico de cegato
enfocando, y descubro que no es un portal místico hacia Normandía el Día-D si
no la decoración típica de un borracho inglés de vacaciones en España.
Aprovecho su ausencia para concentrarme mucho y escribir esto. La pena es que
no dura demasiado y como a la media hora entra Satanás y su compinche silencioso.
Vuelvo a temer por la vida de mi héroe pero aparece al rato comiendo patatas
fritas. Demuestra otra vez su genialidad ofreciéndome de su bolsa a lo que le
digo que no. Lo curioso es que el tipo llega a sorprenderse de que le diga que
no yo, un desconocido recostado en una litera a la una y media de la noche con
cercos de pasta de dientes en la boca. Insisto, mi héroe.
Se abre el telón y apareDÉJATEDECHISTES |
Ir a San Sebastián día 5: lo otro
trankilo loko, t bigilo desde arriva, pronto bolbere. forsa hapoel tel aviv
ResponderEliminarSi levantases un poco más la cabeza o la mirada sobre la ciudad, verías que sobre la montaña (Monte Urgull) hay una enorme estatua del "Sagrado Corazón de Jesús". Si eso no es estar "por encima de todo", ya me dirás que es.
ResponderEliminarPD: Te lo dice un ateo, no Donostiarra pero casi. ;)