24/9/14

San Sebastián día 5: las películas

No hay quinto malo ni frase hecha que se me resista. Para celebrar el paso del ecuador, la sesión ha sido intensa, venga a entrar y salir de salas mientras andamos dándole duro al twitter. ¿Se puede estar aquí una semana y no ver San Sebastián? Como veréis a continuación, el turismo está complicado.

No sólo en Gandía
Bande de Filles [Perlas], ahora retitulada como Girlhood por si pillan cacho con Boyhood, es una producción francesa de Céline Sciamma. La trama sigue a una chica de un barrio humilde francés. Su hermano mayor ordena en casa y ella sobrevive como puede. Un día conocerá a tres chonis y se hará del grupo para pasarlo teta pistoleta. Lo cierto es que Girlhood no termina de contar nada, se queda a medias con lo del hermano, con las amigas e incluso con el arco final, nada lleva a ninguna conclusión y, como tampoco se puede decir que sea original, la película termina dejándote donde estabas. Se reconoce el esfuerzo del departamento de casting al encontrar las chicas idóneas y aplaudo alguna escena, como la de la canción de Rihanna que recuerda lo macarra y contundente que era Spring Breakers y la poca chica del resto de la cinta.

La peli bajonera del día
Cain’s Children (Káin Gyermekei) [Nuev@s Director@s] es un documental húngaro realizado por Marcell Gerö. Resulta que hace treinta años, este tipo empezó un reportaje sobre cárceles que terminó siendo prohibido. Ahora vuelve a encontrarse con tres de sus protagonistas, desechos sociales que asesinaron a alguien en su juventud y sufrieron la condena correspondiente. La película es una sucesión de relatos que cada uno cuenta como le viene en gana. Todo esto acompañado de imágenes de los marginados en su triste día a día, sobreviviendo pese a todo y con poco por lo que luchar. Sin documentación más allá de las entrevistas, pasadas y nuevas, sin un montaje interesante y con los protagonistas con libertad para irse por las ramas, la buena intención del director da como resultado un producto plomizo y bajonero. Menos mal que el siguiente es prácticamente su opuesto.

Así sí
Red Army [Zabaltegi] es, ahora sí, un fabuloso documental realizado por Gabe Polsky a caballo entre Rusia y Estados Unidos. Cuenta la historia del equipo de hockey sobre hielo de la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Un entrenador visionario hizo que su plantilla bailase sobre sus patines de tal manera que terminaron siendo imparables. Usados como propaganda política, el llamado Ejercito Rojo tuvo que luchar por defender su puesto, por afianzarse en América y, dependiendo del factor político del momento, por mantener la gloria dentro de su propio país. Una historia interesante narrada con interés y emoción, montada de maravilla y con documentación de todo tipo. Como pasó con Paco de Lucía: La Búsqueda, esto viene a ser un ejemplo de documental clásico perfecto donde descubrir un mundo, el de el hockey sobre hielo soviético, que nunca te había interesado y, aun así, disfrutar de cada plano y anécdota como si fuese justo tu tema.

Café para muy cafeteros
The John Malkovich Paradox (Le Paradoxe de John Malkovich) [Zabaltegi] más que un documental es un documento en sí mismo, casi un making off. Resulta que el bueno de John Malkovich dirigió hace cinco años una adaptación teatral de Las Amistades Peligrosas. El diseñador de decorados Pierre-François Limbosch, que era amigo del actor y estaba haciendo sus pinitos como director, decidió grabar los ensayos y el proceso creativo que conlleva construir una obra desde la elección del reparto hasta el día del estreno. Gracias a esto, descubrimos que el método de Malkovich consiste en dotar de libertad plena a los intérpretes, instándoles a que se dejen llevar y confíen en lo que hacen. Esta libertad es positiva al principio pero, cuando se les va de las manos y el jefe no les frena, alguno termina pasándolo regular. Y esa es la paradoja que transmite, cómo se consigue un buen productor y se afianzan lazos con tus actores cuando les das toda la libertad creativa necesaria para que la obra les pertenezca más que a ti mismo. Una cinta curiosa que entusiasmará a los aficionados del teatro en general y de la interpretación en particular.

No hace falta mucho más para venderla
La Sal de la Tierra (The Salt of the Earth) [Perlas] es otro ejemplo del triunfo del montaje en el documental pero, a diferencia de Red Army, no en su presentación más clásica si no dejándose llevar y jugando con la historia. Win Wenders codirige junto con Juliano Ribeiro Salgado este homenaje a Sebastião Salgado, padre del segundo y fotógrafo del mundo. A través de reflexiones sobre sus propias fotografías, magníficamente presentadas, vamos conociendo los diferentes viajes y aventuras de un tipo que lo dejó todo por su pasión. Nos descubre gente increíble, trabajadores incansables, soñadores del oro, supervivientes de todo tipo y, claro, muerte. Cuando el documental se sumerge en las hambrunas de Somalia y el desastre de Ruanda, el espectador vive una experiencia parecida a la del protagonista y casi prefiere cerrar los ojos. Hastiado por un mundo que no tenía solución, Salgado se retiró de la fotografía social y redescubrió la ilusión años mas tarde con la naturaleza. Wenders acompaña al aventurero en un par de viajes y las interacciones entre ambos son pura magia. Dos tipos dispuestos a arrastrarse a donde sea para mostrarlo todo. Un documental tremendamente duro, bello y, seguramente, necesario.

El título no sé a qué viene, amor hay de sobra
El Amor Es Extraño (Love Is Strange) [Perlas] es, ante todo, irrelevante. Dirigida por Ira Sachs, cuenta la historia de dos tipos muy majos que se casan tras cuatro décadas de convivencia. Este feliz acontecimiento es enturbiado cuando uno de los dos es despedido de su trabajo como profesor de música en una escuela católica, se veía venir, y pierden su pisito de Nueva York. A partir de ahí tendrán que convivir como puedan con los familiares y amigos que acogen a cada uno, descubriendo que conocer demasiado a tus conocidos no es agradable. Los más puestos estarán pensando en las inmortales Dejad Paso al Mañana y su versión japonesa, Cuentos de Tokio. Si se quería hacer una versión actual, demasiado tarde, se estrenó el año pasado y era la muchísimo más interesante Una Familia de Tokio. Esta versión con pareja gay de maduritos molones, sólo interesa los primeros veinte minutos. En cuanto descubres que no se te va a ofrecer nada de nada, ya estas perdido. Lo único interesante es ver en plena forma a John Lithgow y Alfred Molina que consiguen entre ellos una química envidiable. Con esa pareja creo que todos merecíamos una historia mejor.

Y, como comprenderéis, no puedo más. Las chorradas habituales en San Sebastián día 5: lo otro.

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