No hay quinto malo ni frase hecha que se me resista. Para
celebrar el paso del ecuador, la sesión ha sido intensa, venga a entrar y salir
de salas mientras andamos dándole duro al
twitter. ¿Se puede estar aquí una
semana y no ver San Sebastián? Como veréis a continuación, el turismo está
complicado.
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No sólo en Gandía |
Bande de Filles [Perlas], ahora retitulada como
Girlhood por si
pillan cacho con
Boyhood, es una producción francesa de
Céline Sciamma. La
trama sigue a una chica de un barrio humilde francés.
Su hermano mayor ordena en casa y ella
sobrevive como puede. Un día conocerá a tres chonis y se hará del grupo para
pasarlo
teta pistoleta. Lo cierto es que
Girlhood no termina de contar nada, se
queda a medias con lo del hermano, con las amigas e incluso con el arco final,
nada lleva a ninguna conclusión y, como tampoco se puede decir que sea
original, la película termina dejándote donde estabas. Se reconoce el esfuerzo
del departamento de casting al encontrar las chicas idóneas y aplaudo alguna
escena, como la de la canción de
Rihanna que recuerda lo macarra y contundente
que era
Spring Breakers y la poca chica del resto de la cinta.
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La peli bajonera del día |
Cain’s Children (Káin Gyermekei) [Nuev@s Director@s] es un documental húngaro
realizado por
Marcell Gerö. Resulta que hace treinta años, este tipo empezó un
reportaje sobre cárceles que terminó siendo prohibido. Ahora vuelve a
encontrarse con tres de sus protagonistas, desechos sociales que
asesinaron a alguien en su juventud y sufrieron la condena correspondiente. La
película es una sucesión de relatos que cada uno cuenta como le viene en gana. Todo esto acompañado de imágenes de los marginados en su triste día a día, sobreviviendo pese a todo y con poco por lo que luchar. Sin
documentación más allá de las entrevistas, pasadas y nuevas, sin un montaje interesante y con
los protagonistas con libertad para irse por las ramas, la buena intención del
director da como resultado un producto plomizo y bajonero. Menos mal que el
siguiente es prácticamente su opuesto.
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Así sí |
Red Army [Zabaltegi] es, ahora sí, un fabuloso documental realizado por
Gabe Polsky
a caballo entre Rusia y Estados Unidos. Cuenta la historia del equipo de hockey
sobre hielo de la Unión Soviética durante la
Guerra Fría. Un entrenador
visionario hizo que su plantilla bailase sobre sus patines de tal manera que
terminaron siendo imparables. Usados como propaganda política, el llamado
Ejercito Rojo tuvo que luchar por defender su puesto, por afianzarse en América
y, dependiendo del factor político del momento, por mantener la gloria dentro
de su propio país. Una historia interesante narrada con interés y emoción,
montada de maravilla y con documentación de todo tipo. Como pasó con
Paco de Lucía: La Búsqueda, esto viene a ser un ejemplo de documental clásico perfecto donde descubrir un mundo, el de el hockey sobre hielo soviético, que nunca te había interesado y, aun así, disfrutar de cada plano y anécdota como si fuese justo tu tema.
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Café para muy cafeteros |
The John Malkovich Paradox (Le Paradoxe de John Malkovich) [Zabaltegi] más que un documental es un documento en sí mismo, casi un
making off. Resulta
que el bueno de
John Malkovich dirigió hace cinco años una adaptación teatral
de
Las Amistades Peligrosas. El diseñador de decorados
Pierre-François Limbosch, que era amigo del actor y estaba haciendo sus pinitos como director,
decidió grabar los ensayos y el proceso creativo que conlleva construir una obra
desde la elección del reparto hasta el día del estreno. Gracias a esto, descubrimos que el método de
Malkovich consiste en dotar de libertad plena a los
intérpretes, instándoles a que se dejen llevar y confíen en lo que hacen. Esta
libertad es positiva al principio pero, cuando se les va de las manos y el jefe
no les frena, alguno termina pasándolo regular. Y esa es la paradoja que
transmite, cómo se consigue un buen productor y se afianzan lazos con tus
actores cuando les das toda la libertad creativa necesaria para que la obra les
pertenezca más que a ti mismo. Una cinta curiosa que entusiasmará a los
aficionados del teatro en general y de la interpretación en particular.
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No hace falta mucho más para venderla |
La Sal de la Tierra (The Salt of the Earth) [Perlas] es otro ejemplo
del triunfo del montaje en el documental pero, a diferencia de
Red Army, no en
su presentación más clásica si no dejándose llevar y jugando con la historia.
Win Wenders codirige junto con
Juliano Ribeiro Salgado este homenaje a
Sebastião Salgado, padre del segundo y fotógrafo del mundo. A través de
reflexiones sobre sus propias fotografías, magníficamente presentadas, vamos
conociendo los diferentes viajes y aventuras de un tipo que lo dejó todo por su
pasión. Nos descubre gente increíble, trabajadores incansables, soñadores del
oro, supervivientes de todo tipo y, claro, muerte. Cuando el documental se
sumerge en las hambrunas de Somalia y el desastre de Ruanda, el espectador vive
una experiencia parecida a la del protagonista y casi prefiere cerrar los ojos.
Hastiado por un mundo que no tenía solución,
Salgado se retiró de la fotografía
social y redescubrió la ilusión años mas tarde con la naturaleza.
Wenders
acompaña al aventurero en un par de viajes y las interacciones entre ambos son
pura magia. Dos tipos dispuestos a arrastrarse a donde sea para mostrarlo todo.
Un documental tremendamente duro, bello y, seguramente, necesario.
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El título no sé a qué viene, amor hay de sobra |
El Amor Es Extraño (Love Is Strange) [Perlas] es, ante todo,
irrelevante. Dirigida por
Ira Sachs, cuenta la historia de dos tipos muy majos
que se casan tras cuatro décadas de convivencia. Este feliz acontecimiento es
enturbiado cuando uno de los dos es despedido de su trabajo como profesor de
música en una escuela católica, se veía venir, y pierden su pisito de Nueva
York. A partir de ahí tendrán que convivir como puedan con los familiares y
amigos que acogen a cada uno, descubriendo que conocer demasiado a tus
conocidos no es agradable. Los más puestos estarán pensando en las inmortales
Dejad Paso al Mañana y su versión japonesa,
Cuentos de Tokio. Si se quería
hacer una versión actual, demasiado tarde, se estrenó el año pasado y era la muchísimo
más interesante
Una Familia de Tokio. Esta versión con pareja gay de maduritos
molones, sólo interesa los primeros veinte minutos. En cuanto descubres que no
se te va a ofrecer nada de nada, ya estas perdido. Lo único interesante es ver
en plena forma a
John Lithgow y
Alfred Molina que consiguen entre ellos una
química envidiable. Con esa pareja creo que todos merecíamos una
historia mejor.
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