Esta foto es para que vea mi abuela que como |
Tengo dos minutos para encontrar la página del festival en el movil,
iniciar mi sesión de acreditado y acceder a la lista de reservas antes de que
algún listo se lleve las que quiero ver, una de ellas con ganas hiperbólicas.
Poco a poco consigo mi cometido y ahí estoy, a las 07:00 en dónde debo estar.
Miro que estén las dos que esperaba, me pongo contento, le doy a reservar a la
primera, la de las ganas, y ya está agotada. Siguen siendo las 07:00, no ha
pasado ni un minuto. Apesadumbrado,
reservo la segunda y busco a ver qué encuentro, una tercera opción que llevarme
a la boca, una película que se ha quedado sola en el recreo, nadie la quiere
para su equipo.
En Cataluña hay urnas y yo estoy votando |
Las sesiones locas no me dejan tiempo para nada más que para
ver pelis y sólo en los trayectos disfruto de algo que no sea proyectado. Me ha gustado especialmente es la implicación de la ciudad con su festival.
Con un concurso de escaparates como excusa, negocios de todo tipo ponen
temática cinéfila en sus puertas, desde una frutería con figuras de King Kong
hasta una tienda de audífonos con los VHS de La Guerra de las Galaxias y La Cosa. También hay dibujos de niños, que supongo responderán a otro concurso, y
muchos lo petan muy fuerte. Mis favoritos son los dos que acompañan este texto.
Niño ochentero |
Pasa a mi lado un joven paseando a su perro, un pitbull
blanco atado con correa. Hasta donde yo veo, no ocurre nada remarcable pero desde la otra acera oigo a una mujer.
- Cuidado Brian que te va a comer el perro. Ay ese perro
madre mía, metete Brian a la acera que mira el perro.
El dueño del can continúa avanzando como si nada y la mujer,
una señora mayor que pasea una niña en un carrito y grita a un chaval de unos 7
años, sigue hablando.
- De verdad ese pero, es que es muy peligroso vamos, no se
puede ir así. Cómo estamos madre mía. Por la calle ahí, con ese perro que es un
perro asesino.
No aguanto la presión, mal por mi parte, y miro a la señora.
Me está mirando y ese cruce de rayos cósmicos es lo que necesita para pasar a
mi acera y hablarme directamente, a poca distancia.
- Es que vamos, se puede comer al niño el perro ¿pero como
lo lleva así? Sin bozal ni nada ¿no? Que es peligroso el perro ¿no?
- Pues seguramente - contesto casi para mi
- Hombre claro. Y con las pintas que llevaba el chico ese ya
ni te cuento - era un joven absolutamente normal - Menudo perro ¿no crees?
- Sí sí
- ¿Eh?
- Que sí que menudo perro
- Ah - y os prometo que cambiando a esta velocidad y como si
nada hubiese pasado hasta ese momento, mira al escaparate y continúa - Me gusta
a mi mucho la películas esta. Sí. Me encanta. Que pedía un teleeeefono - excelente
imitación - Me gusta a mí mucho sí
- Sí sí - respondo con el cerebro algo mareado por el cambio
brusco de temática
- Que tenían platillos ¿no? Me gusta - y ojo con esto - Pero
lo que no sé yo es si existió ¿existió?
- ¿El qué? - pregunto no queriéndome creer lo que acabo de
entender
- El muñeco de la película, que no sé yo si existieron o..
me parece a mi que sí. Y en Marte. Que hay vida en Marte ¿no?
- Creo que no - digo mientras noto como mi cerebro termina de licuarse irremediablemente
- Que sí que lo vi por el periódico - tal cual - que hay
vida en Marte y que hay dos allí ahora que van a hacer para que vivamos todos.
Dos hombre allí. ¿Se podrá?
- No lo sé
- Digo yo que sí porque ¿cómo lo hicimos aquí?
- ¿El qué?
- Respirar y vivir claro, que solo aquí pero allí también
- Sí - notad que aquí yo ya dejo de responder con normalidad
- ¡En la luna! - grita sorpresivamente - en la luna me
parece que están como construyendo casas. Y tú que estás ¿ahí en las películas?
- Sí sí, ahí muy liado - intentando irme pero no
consiguiendo separarme de su mirada
- Me encantan a mi las películas como esa - señalando a E.T.
- Me gusta mucho. Teleeeefono decía
- Bueno me tengo que ir
- Me gusta mucho si
- Sí sí hasta luego
Mientras camino sigo oyendo como el ciclo vuelve y, tras
pasar de nuevo por el extraterrestre, creo que dice algo más del perro del
principio. Ahí ya estoy demasiado lejos pero me doy la vuelta y envío una
sonrisa y un gesto de despedida, más que nada porque veo que sigue hablando en
mi dirección, carrito en mano y con el chaval subiéndose al escaparate.
jajajaj me explota la cabeza
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