Han ganados todos, vamos a casa |
Tras la rueda de prensa y una última peli para el camino, tocó partir para el hogar. No volví a ver a mi colega de litera por falta de planificación y ahora me siento responsable pero claro, no iba a tirar por la borda el subidón de café con Red Bull que me preparé para aguantar el viaje. Y es que tras llevar nueve noches con una media de tres horas diarias de descanso, afrontar la conducción de siete horas de vuelta parecía más terrorífico que cualquiera de las 44 películas vistas.
Horizonte final |
El viaje transcurrió sin más incidentes, al menos externos. Dentro del coche el ambiente estaba cargadito, más que nada porque mi iPod de seis años, al que se le debió romper la obsolescencia programada hace cuatro, ya no está para muchos trotes. A las tres horas se dio por vencido y la radio parecía no querer sintonizar otra cosa que el programa favorito de Caroline en Poltergeist. No tuve otra opción que cantar yo, menos mal que iba solo porque si no mi cuello hubiese conocido el frío beso del acero de un pasajero irritado. Cuando mi familia me preguntó al día siguiente por qué estaba afónico, dije que de aplaudir a Dianne Bruce por su trabajo en la opera prima de Hugo Falaggi. Tampoco lo entendieron pero me dejaron en paz.
Cuando llegué a casa, cansado, dormido, terminal, me tuve que probar un traje muy elegante porque en unas horas iba a estar más cerca de Vito Corleone que nunca. Ser padrino de una preciosidad es una gozada, serlo tras nueve días de Sitges es una experiencia cósmica donde se entremezclan realidad y ficción. Cuando subí al altar a encender una vela, un rito que en ese momento me pareció de lo más sublime, miré a los bancos de la parroquia y allí estaban todos, el niño árbol de Cub, el alto mando en estado de descomposición de Zombis Nazis 2, la cochina que se restriega de Wetlands, un asiático muy sonriente de R100, la muñeca regulera de Annabelle, los gemelos de Goodnight Mommy, el Harry Potter de Jamie Marks Is Dead, la niña con un VHS azul en la mano de Réalité, el gato de The Voices, la india de Orígenes e incluso el hipopótamo tróspido de Nicky, la Aprendiz de Bruja. Todos estaban presentes en ese bautizo y yo, claro, me desmayé.
En el recuerdo |
Allí me eché agua fía por la cara, todo debía ser una alucinación. Seguramente iba a tardar un poco más de lo que esperaba en volver al ritmo de la vida diaria. Igual que el jet lag, toparse con el mundo tras una semana de fantasía puede doler al principio pero te terminas haciendo. Lo cierto es que la alucinación había sido demasiado real pero ahora volvería a la mesa y vería como toda mi familia estaba comiendo algún plato bien elaborado, no aquel pez crudo y triste, relleno de tripas y espinas que parecían no importar a nadie. En ese momento empecé a oler a mar, a puerto, a humedad salada. Esto es bastante raro en mi pueblo de la sierra madrileña así que volví a echarme agua en la cara temiendo otra reacaída. Cuando cerré el grifo, oí el chirrido de una de las puertas que permiten al usuario del servicio una mayor intimidad en determinadas ocasiones. De dentro venía un suave quejido gutural, como de esfuerzo y gozo a partes iguales. Según la puerta se abría lentamente, el hedor a costa en un mal día iba creciendo. La curiosidad pudo con mi pudor y prudencia y me quedé inmóvil, con la vista fija en lo que me fuera a ofrecer aquel cubículo. Poco a poco la puerta dejó de ceder a su propio impulso y fui yo el que tuve que acercarme y terminar de empujar el tablón de madera para descubrir lo que me tenía preparado el destino. No podía ser una alucinación, la realidad se ha roto, estoy dentro de la historia, se acabó. Delante mío había una criatura llena de cicatrices con cara humanoide tras unos gruesos bigotes y dos inmensos colimillos. La morsa me miró y lloró. Y yo con ella.
No vuelvas chaval, vete tras la morsa, hazte colega de Clooney.... pero no vuelvas al mundo real ¡eso si es terror!
ResponderEliminarurnas si urnas no, ébola que te casco, impuestos que te subo a un sueldo congelado y lo peor de todo...Coge tu carrera y corre porque no vas a encontrar como ganarte la vida.
CINE CINE CINE CINE mas cine por favor!