Venga Bilbo, una vez más |
En 2001 yo tenía trece años y todas las ganas del mundo. Peter Jackson me volvió loco a mi y a gran parte de mis amigos, tanto los de entonces como los de ahora. La magia de esa maravillosa versión del mundo de Tolkien se nos metió hasta dentro de manera irremediable, viviendo esos tres años de estrenos como algo único en nuestras vidas. Teníamos la edad perfecta y la industria estaba en el momento exacto. Aun no había que estirar a lo loco y Jackson, que no era nadie, tenía que obedecer alguna orden de vez en cuando y olvidarse del CGI en ciertos momentos. Todo funcionaba y nosotros, entregados, nos impregnamos por completo.
Qué dices loco |
El chicle se ha estirado hasta puntos realmente críticos. Con una veintena de páginas restantes de ese bonito cuento que es El Hobbit, el bueno de Jackson se ha sacado de la manga una tercera película donde los altibajos vuelven a ser los protagonistas. Escenas buenas salteadas con naderío inconsistente y relleno del peor. Duele Tauriel, duelen los hijos de Bardo y duele, hasta la agonía, el tío mierdas ese de la Ciudad del Lago.
Madre mía ¡ahora qué pasa! |
Los personajes que más ganas tenemos de ver, vuelven a ser olvidados. Martin Freeman, lo mejor de estas tres películas, tiene algún momento más que en el triste capítulo anterior pero sigue sabiendo a poco. Richard Armitage sale un poco mejor parado gracias a la decisión de abordar casi el único punto narrativo que queda en el final del cuento, la enferma avaricia de Thorin. Su caída en desgracia es algo precipitada y su recuperación milagrosa, pero tengo tantas cosas de qué quejarme que esto pasa desapercibido.
El pobre Ian McKellen, único interprete que aparece en las seis películas, corretea como vaca sin cencerro no encontrando nada que hacer. Aquí ya ni enciende piñas. De su rescate mejor no hablar porque no sé cómo el equipo que ha diseñado este mundo, ha sido capaz de aceptar con buenos ojos esa escena donde el director de Agárrame esos fantasmas se olvida de dónde está.
Momentos bochornosos aparte, repito que también tiene sus detalles lúcidos. Todo lo concerniente al primo Dain y su ejercito me gusta. Me quedo con ganas de más enanos montados en potropuercos y cabras de guerra. Billy Connolly está sublime con su martillo, apartando orcos a cabezazos y disfrutando de la batalla como nadie.
Y es que la segunda mitad de la película viene a ser una guerra de unos cincuenta minutos donde también vemos de todo, bueno y malo. Algunas criaturas recuerdan a los buenos tiempos y otras parecen prestadas del universo Rowling. La división de los enanos hace que nos olvidemos del grueso del grupo, algunos salen en dos escenas en toda la cinta, y se centra en Thorin y en su acertada batalla final.
En este momento de la crítica querría poner alguna cosa más positiva, pero no sé qué destacar sin añadir grandes peros. ¿Que la cabeza de Smaug está mejor?, pues sí, ¿que no se me hizo larga?, pues no, pero me parece poca exigencia para algo así. Es un producto que nos tiene ganados desde el principio, con un diseño de vestuario y decorados sublime que huele a aventuras fantásticas con el añadido de ese toque amargo de fin de viaje, de vuelta a casa, que lo hace todo más emocionante, otra vez. Hay que pedirle más.
La banda sonora es una pena. No entiendo lo de Howard Shore, no sé cómo ha compuesto la música de estos dos últimos capítulos pero parece otro tío, uno sin ganas o totalmente ajeno al universo en el que se sumergió hace años. Nada suena a nada, los elfos vienen con el leitmotiv que utilizó en la anterior para Legolas y que no convence. Olvida de nuevo la canción que supuestamente iba a acompañar a los enanos y el único momento de gloria son cuatro notas cuando volvemos a la Comarca porque están rescatados de la partitura buena. Lo dicho, una pena.
En cuanto al montaje, todos los problemas vienen dados por el hecho de haber convertido un proyecto de dos película en uno de tres. Es ridículo, y seguid leyendo en el siguiente párrafo si no queréis spoiler, que después de seis horas hablando sobre un villano poderoso que ha servido de cliffhanger al capítulo final, se lo ventilen en el epílogo. No digo que deban perder más tiempo con esto, en absoluto, digo que por cómo se han hecho las cosas hemos llegado a esa solución engañosa.
De rave |
Momentos bochornosos aparte, repito que también tiene sus detalles lúcidos. Todo lo concerniente al primo Dain y su ejercito me gusta. Me quedo con ganas de más enanos montados en potropuercos y cabras de guerra. Billy Connolly está sublime con su martillo, apartando orcos a cabezazos y disfrutando de la batalla como nadie.
Y es que la segunda mitad de la película viene a ser una guerra de unos cincuenta minutos donde también vemos de todo, bueno y malo. Algunas criaturas recuerdan a los buenos tiempos y otras parecen prestadas del universo Rowling. La división de los enanos hace que nos olvidemos del grueso del grupo, algunos salen en dos escenas en toda la cinta, y se centra en Thorin y en su acertada batalla final.
Él sólo quería dar una vuelta |
La banda sonora es una pena. No entiendo lo de Howard Shore, no sé cómo ha compuesto la música de estos dos últimos capítulos pero parece otro tío, uno sin ganas o totalmente ajeno al universo en el que se sumergió hace años. Nada suena a nada, los elfos vienen con el leitmotiv que utilizó en la anterior para Legolas y que no convence. Olvida de nuevo la canción que supuestamente iba a acompañar a los enanos y el único momento de gloria son cuatro notas cuando volvemos a la Comarca porque están rescatados de la partitura buena. Lo dicho, una pena.
En cuanto al montaje, todos los problemas vienen dados por el hecho de haber convertido un proyecto de dos película en uno de tres. Es ridículo, y seguid leyendo en el siguiente párrafo si no queréis spoiler, que después de seis horas hablando sobre un villano poderoso que ha servido de cliffhanger al capítulo final, se lo ventilen en el epílogo. No digo que deban perder más tiempo con esto, en absoluto, digo que por cómo se han hecho las cosas hemos llegado a esa solución engañosa.
Como cabras |
Como esto se ha terminado, aunque ahora toca aguantar los rumores sobre El Silmarillion cada dos meses, me permito poner los títulos de este duo de aventuras inolvidables junto con mis notas, que ya sabéis que son las buenas.
2001 - El señor de los anillos: La comunidad del anillo 10
2002 - El señor de los anillos: Las dos torres 9
2003 - El señor de los anillos: El retorno del rey 9'5
2012 - El Hobbit: Un viaje inesperado 8'5
2013 - El Hobbit: La desolación de Smaug 6'0
2014 - El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos 6'0
Adiós amigos |
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