15/12/14

St. Vincent

St. Vincent, el cascarrabias al que tienes que adorar.

Cartel flojucho
¿Una peli con Bill Murray haciendo de viejo borde? compro. Podrían sacar una al mes y las vería encantado. Dicho esto, queda claro mi posición inicial al meterme a ver este título y por donde podría cojear en mi crítica, que no se diga que no aviso.

La trama nos presenta a un una madre trabajadora que no da a basto y se ve obligada a pagar a un vecino desagradable para que cuide del niño. Ambos terminan haciendo buenas migas y lo pasan bien, hasta que la mujer descubre los locales frecuentados por el tiparraco y todo se complica.

Escrita y dirigida por el desconocido Theodore Melfi, no se le pueden echar demasiadas flores a su faceta como guionista. El libreto es pobre, lleno de lugares comunes y previsible, pero lo que ha conseguido con el reparto, ya sea por la buena elección de estrellas, su calidad a la hora de dirigir intérpretes o una mezcla de ambas, es de levantarse y aplaudir.

Melissa McCarthy sorprende con un papel comedido que, en las antípodas de lo que suele interpretar, asume la parte más dramática de la cinta sin que el espectador pierda interés cuando está en pantalla. Naomi Watts, por el contrario, se desata como nunca haciendo de una stripper rusa embarazada de la que nos quedamos con ganas de mucho más. Un encargado de casting normal hubiese invertido los roles de estas dos actrices pero, al arriesgar con este giro, han ganado en sorpresa y acertado con ambas.

De parranda
Jaeden Lieberher es el pequeño protagonista que consigue gustar y no cargar con ñoñerías, algo complejo en los roles infantiles principales. Hace una pareja perfecta con el vecino borde y dan ganas de llevárselo a casa. Chris O'Dowd tiene un escueto pero lucido papel como profesor católico molón.

Y por encima de toda esta gloria, está Bill Murray. Inmenso, cómodo, a sus anchas, se ve al actor disfrutar de cada escena hasta el punto de regalarle unos títulos de crédito finales que si durasen lo mismo que la peli no me hubiese importado. Este tipo no va a parar de petarlo nunca y, según pasen los años, irá molando más hasta que se convierta en una enana blanca y muera implosionando en sí mismo.

Pero es cierto, volviendo a la realidad, St. Vincent no es gran cosa fuera de su excelente reparto. Si no fuera porque es Bill Murray, aunque su sustituto lo hiciese igual de bien, no me gustaría tanto. No termina de despegarse del telefilm que parece desde el principio y a ratos casi esperas una pausa publicitaria. Pero oye, un buen rato sí se pasa, que tampoco hay que negárselo.

Con esto me doy por satisfecho
Aquí el trailer. Haz lo que te de la gana Bill que yo te sigo. Un 7.

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