El cartel bien, pero el titulito... |
La trama de esta Stand by Me Doraemon, dirigida por Ryuichi Yagi y Takashi Yamazaki, sirve como recordatorio del inicio de todo esto. El primer cuarto de hora es un Doraemon Begins donde conocemos de dónde viene todo esto. El pobre Nobita Nobi es un niño de unos diez años torpe, bago, cobarde y, por qué no decirlo, tonto como él sólo. Tanto es así que de su escritorio aparece el que será su tataranieto y le dice que viene del futuro, y que por su ineptitud, toda la familia es pobre y desgraciada. La solución de este tío es viajar al pasado y darle a su tatarabuelo un gato robótico del siglo XXII que le ayudará en su día a día a no ser tan imbécil. Explicado esto, hay un capítulo normal de la serie de unos 35 minutos bastante apañado. Lo malo es que se terminan y ponen otro más flojo y, cuando también acaba esa historia, otro más. Y luego una canción hortera a la americana, y luego un anuncio de juguetes y luego títulos de crédito con falsas tomas falsas y luego, por fin, nada más. Todo esto es cierto, no paran de poner cosas.
No te rayes, abre chat |
Ideal para los fans de la serie. No os preocupeis que salen todos: Shizuka en el baño, Suneo fardando de juguete caro, Gigante zurrando a Nobita hasta casi matarlo, los dorayakis, el gorrocóptero y una buena lista de artilugios imposibles del bolsillo de Doraemon.
A partir de la mitad de la película, cada diez minutos, exactos, hay un momento lacrimógeno de música triste y renovación de valores por parte de Nobita para, irremediablemente, hacer el ridículo un minuto después. Esto no impedirá a los seguidores pasar un buen rato, la animación es muy resultona y contiene todos los ingredientes que han permitido que esto ocurra durante tantos años.
Esto es, ¡el gorrocóptero! |
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