Corazones de acero (Fury), deconstruyendo un
Sherman.
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Titulón |
Nueva película de
David Ayer, un tipo de esos a los que me gusta seguir la pista. Es verdad que su anterior trabajo,
Sabotage, fue un truño indefendible, pero la condición de encargo salvó al director de la quema y ahora, con una nueva cinta escrita por él mismo, las ganas han vuelto. El resultado puede que no sea tan satisfactorio como quisiera,
Sin tregua sigue siendo su mejor película, pero el buen sabor de boca es innegable.
La trama cuenta la historia de los cinco americanos responsables de un tanque
Sherman en la Alemania del 45. Dirigidos por el sargento
Wardaddy,
Chacal en España, deberán ir conquistando pueblos mientras se enfrentan a pelotones enemigos, armas antitanque y a los temidos
Tiger, los poderosos blindados alemanes.
Brad Pitt tira de lo ya aprendido y amplía su personaje de
Malditos Bastardos. Está bien porque su personaje en la de
Tarantino ya molaba y
Pitt aguanta con lo que toque, pero a parte de hacerlo un poco menos caricatura, no aporta nada nuevo. Sus cuatro compañeros de carro están a la altura, desde el cada vez más centrado
Logan Lerman a
Michael Peña, siempre cumplidor.
Jon Bernthal consigue su papel más interesante al exagerar su condición de cateto y
Shia LaBeouf, por raro que parezca, está muy bien.
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Sa roto |
Corazones de acero, a parte de ser una nueva afrenta del señor que pone los títulos en español, no es ni una carta al patriotismo y la heroicidad americana, ni un sucio cuento de la suciedad de la guerra. Tiene episodios mezclados de estas dos maneras de abordar el bélico, consiguiendo una mezcla donde cada uno puede disfrutar con lo que le apetezca.
Por un lado incluye segmentos tan intensos como el de la comida con las dos alemanas, un momento en el que temes que los
aliados no sean más que despiadados conquistadores. Por otro, vemos como los protagonistas se juegan la vida por hacer a sus compatriotas el camino más fácil. En este aspecto, más que el clímax final que, aunque entretenido, no creo que consiga lo que pretende, destacaría la batalla tanque a tanque, el verdadero enfrentamiento
Tiger vs.
Sherman donde se puede disfrutar como un niño que no piense en lo que se están jugando realmente.
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Esto huele a Tarantino |
Con una banda sonora algo artificiosa y pretendidamente emocional firmada por
Steven Price, esta cinta es el material perfecto para el que se quiera dejar llevar por la épica del bélico sin demasiados trucos baratos. La inclusión de elementos realistas poco frecuentes en estas pelis, como el uso de las
trazadoras, ayuda a que el fondo poco profundo resulte más interesante en conjunto.
En definitiva, una buena película bélica, con tres o cuatro escenas punteras pero que no termina de ser la historia sobre la guerra que muchos esperabamos. No es un fundamental, pero si te va el género no vas a lamentarlo.
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El Sherman de fiesta |
Aquí el
trailer. Por momentos me hizo pensar en
Los violentos de Kelly y, ya que estoy, la recomiendo a los despistados. Un 7'0.
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