Como la peli, cartel algo vacío |
La trama se apoya en el libro de la propia Jane Hawking sobre sus veinticinco años al lado del genio. Veremos cómo se conocen, cómo sufren el batacazo del fatídico diagnóstico y cómo luchan, especialmente ella, por sacar adelante a una familia que se ve superada por las circunstancias una y otra vez.
Lo que hace Eddie Redmayne es algo de otra galaxia. No imita, se transforma. El genial trabajo de caracterización es sólo la guinda en una interpretación entregada, sincera e irrepetible. Sé que lo difícil es interpretar bien a alguien normal, que las enfermedades son un imán facilón de premios, pero esto es diferente. El propio Hawking dijo que por momentos se reconocía a sí mismo en pantalla.
Muy bonito todo |
Y pese a todos estos piropos, llega el momento de dar algún palo. Porque sí, me interesa lo que me cuentan y las interpretaciones rozan la perfección, pero el regusto final que me ha dejado La teoría del todo no es tan satisfactoria. El guión naufraga a menudo en reiteraciones estructurales, un ciclo compuesto por duda matrimonial, disgusto por la enfermedad y reconciliación que se repite hasta el hastío. La falta de un elemento que realmente conquiste nuestras mentes, como sin duda hacen sin esfuerzo los personajes retratados, es algo a echar en cara a un libreto que carece de fuerza argumental.
Niño, deja la pelotita |
La figura de Hawking es tan inmensa que era difícil que saliese plenamente satisfecho. Entiendo que en el fondo me ha pasado lo mismo que con The Imitation Game (Descifrando Enigma), película que además de compartir cartelera es similar en muchos aspectos. Ambas recrean figuras fundamentales de las ciencias británicas y, tanto Turing como Hawking merecen, a parte de una gran interpretación en su nombre, una cinta con su historia que sea más contundente.
La interpretación en este momento asusta |
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