Parece mentira pero sí, la vigesimonovena entrega de los
Goya terminó. Ha costado lo suyo pero tras horas de actuaciones caprichosas y agradecimientos desatados, el palmarés de premios del año en el que sí salieron los números de recaudación, se completó.
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Muy contento |
Con
Dani Rovira como maestro de ceremonias la cosa empezó con calma, como avisando de lo que deparaba la noche. Un genial encadenado de nuestro cine fue el fondo para una serie de
playbacks rancios, coronados con un clímax final emulando al de el reparto de
Los miserables en los
Oscar de 2013. El problema es que todo esto lo realizaron interpretes a los que no se les da muy bien cantar y claro, no pasa nada por no dar con la nota, pero no te pongas a ello delante de todo el mundo.
Rovira continuó con un monologo introductorio divertido en el que consiguió colar la mayoría de chistes. Sus intervenciones a lo largo de la noche fueron similares y, teniendo en cuenta lo difícil que es hacer esto ameno, no creo que merezca mala nota. Lo triste es que no se diese cuenta durante los ensayos de que eso de los trailers narrados era bochornoso y que a la gala le venía sobrando algo más de una hora. Con una mejor previsión y reflejos en el montaje directo cortando aquí y allá, esto se tendría que haber solucionado.
Y es que superar las 3 horas y media de ceremonia, algo ridículo se mire desde donde se mire, era algo que supongo habrían previsto al saltear cada premio con bailes de claqué inexplicables, gags fallidos y más
playback triste, ya de madrugada. En cuanto a lo que no funcionó, me dió mucha pena ver fracasar a
Alex O'Dogherty, un genio que no supo dar con la tecla, y a
Alfonso Sánchez y
Alberto López fuera de tono por primera vez. Se echó de menos algo
chanante, parece que
Carlos Areces iba a entregar un premio pero en el último momento
RTVE decidió ponerse en
blanco y negro y, por si acaso, a casa. Una pena.
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La peñuqui |
Puede que por ese contrato firmado de no salirse del guión, o por la petición pública de
González Macho de hablar de cine y dejar para él la reivindicación, pocos fueron los insultos hacia el, esta año sí presente, ministro de Cultura.
Wert aguantó el tipo en cada referencia al
IVA y vivió el momento más amargo con una pulla
almodovariana, incapaz de no regalarse un titular al día siguiente. La verdad es que su reacción a este guantazo no la vimos porque el realizador estaría otras cosas, como a seguir colando planos de operadores moviendose hacia otro punto con la cámara enfocando al suelo.
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Karra señala el camino |
El discurso del presi, y sin que sirva de precedentes, estuvo bastante acertado. Más que nada porque decidió no hablar de internet que es su punto débil. Nombrando a todos los representantes extranjeros allí reunidos e incluso tendiendo la mano hacia
Álex de la Iglesia, con quien no pudo estar más en contra en ediciones anteriores, consiguió, esta vez sí, hablar de cine español como merece, o al menos como algunos irreductibles íberos pensamos que se debe. Su eterno monólogo quedó en nada cuando el bueno de
Antonio Banderas leyó seis o siete folios sobre su carrera y el futuro que le esperaba tras hacerse con el
Goya de Honor.
Banderas no sólo es nuestro actor más internacional, si no que es uno de los mejores interpretes de nuestra historia y el tipo que mejor ha sabido trabajar fuera de los rodajes, demostrando que su oficio también se hace en pasillos repletos de fans y periodistas. Cerrar su discurso hablando de su hija fue la puntilla,
Anchonio, te queremos una
jartá.
Pero vamos ya a los premios de la noche y dejemos ya los pormenores de la gala, que al final esto queda aun más largo que la misma. Para quitarnos rápido alguno, por desconocimiento personal y no por menor importancia, los ganadores a
mejor corto de animación,
documental y
de ficción fueron
Juan y la nube,
Walls (Si estas paredes hablasen) y
Café para llevar respectivamente. La
mejor película europea, que va enfilada a los
Oscar, la polaca
Ida, mientras que el
mejor film iberoamericano fue para la coproducción hispano argentina
Relatos salvajes, que tiene menos posibilidades de llevarse la estatuilla dorada pero todo mi cariño.
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Los intérpretes de la noche |
Otro de los premios satisfactorios de la noche fue el de
mejor documental a
Paco de Lucía: La búsqueda y la elección de
Entre dos aguas como melodía de acompañamiento para el montaje de los fallecidos este año. No hace falta poner una melodía triste, si lo que se quiere es celebrar sus vidas, nada mejor que esa guitarra.
Otra alegría fue ver cómo
Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo se hacía, no sólo con el merecidísimo cabezón a
mejor película de animación, si no que lograba un doblete como
mejor guión adaptado. Es verdad que esto último tiene trampa, si compramos que
Blancanieves era un guión original, aquí ocurre lo mismo al no basar su trama en ninguna historieta de
Ibáñez pero en fin, cualquier cosa que le den a
Javier Fesser y que le empuje a hacer más pelis a mi me parece bien.
Y antes de pasar a las multipremiadas, repaso los tres galardones que se escaparon del pelotón. El de
maquillaje y peluquería fue para
Musarañas por lograr que
Macarena Gómez diese aun más respeto que de costumbre. El de
director novel fue para
Carlos Marqués-Marcet por
10.000 Km, apuesta arriesgada y bien ejecutada, todos contentos. Y para terminar esta sección de pelis que se van al menos con el consuelo de un
Goya, el de nada menos que
mejor actriz protagonista a
Bárbara Lennie por
Magical Girl, que dentro de las siete nominaciones que tenía era la que yo, que no soy nadie, no le daría.
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Ojo a los cuatro de esta foto |
Y es que hay mucho de esto en lo que queda, premios que creo que son merecidos pero en otro orden, salteado con olvidos que sigo sin entender y otras tonterías propias de cansino que se queja desde el salón. Empecemos con la que se queda la medalla de bronce, con tres galardones y unas cifras en taquilla que han sobrepasado todo lo imaginable,
Ocho apellidos vascos. Dos a sus
intérpretes de reparto, fabulosos
Carmen Machi y
Karra Elejalde, lo mejor de la película sin duda. Lo duro fue ver cómo
José Sacristán se quedaba sin el suyo por ESO QUE HACE en
Magical Girl, pero
Karra mola tanto que conseguí pasar el trago. Algo más duro fue su tercer galardón, el de
actor revelación a
Dani Rovira, que no está mal en la peli pero no sé hasta qué punto actúa o sólo hace lo que puede. Sus tres oponentes no me convencían tampoco así que la rabia no se materializó como sí ocurrió en
twitter.
La segunda ganadora de la noche fue
El Niño con cuatro puntos en el marcador. Tres de ellos, los técnicos, entiendo que fueron a premiar su taquilla y las ganas de productos así. Lo digo porque se llevó
mejor sonido,
dirección de producción y
efectos especiales el mismo año de
Relatos salvajes,
Torrente 5: Operación Eurovegas,
Autómata,
Open Windows y
Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, cintas que superan a
El Niño en todo esto. El cuarto galardón fue por la
mejor canción original para el tema
Niño Sin Miedo de
India Martínez que, la verdad, no recordaba en absoluto.
Y la ganadora indiscutible, con diez premios conseguidos y un buen gusto que empapa a todo aquel que se adentre en las marismas,
La isla mínima. Como es una cinta maravillosa y quiero dejar buen sabor de boca, me voy a quitar el palito rápidamente: le sobra el de
actriz revelación a
Nerea Barros, que no lo hace mal, pero salía menos tiempo en pantalla que lo que tardó en bajarse del escenario. Además, compitiendo contra
Natalia Tena que está increible durante la hora y media que dura
10.000 Km, es casi ofensivo. El resto todo bien,
dirección artística,
vestuario y
fotografía, categoría en la que no nominar a
Loreak y sí a
Ocho apellidos vascos me parece una broma pesada, podían estar disputadas pero ganó la humedad y el ambiente enrarecido de la Andalucía olvidada. También se llevó
montaje, donde tampoco entiendo que
Open Windows no fuese candidata e incluso ganadora, y
música original por el genial trabajo de
Julio de la Rosa.
Alberto Rodríguez se llevó a casa el de
mejor director y
guión original, este último junto con
Rafael Cobos, por contarnos este cuento oscuro y lleno de grises que es imposible no llevarse a casa.
Javier Gutiérrez cumplió con las quinielas y el buen hacer del jurado y fue el
mejor actor protagonista del año por un personaje que merece una saga para sí mismo. Por último, el de
mejor película, como si nada.
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Recogiendo los trastos |
Después de esto,
Rovira salió para recitar unos versos muy bonitos sobre lo vivido aquella noche y todos se fueron a beber hasta perder el control. En esa fiesta espero que ganase
Karra. Yo, que soy muy cumplidor, os dejo con la lista de mis diez pelis españolas favoritas del año. Todo lo que he escrito hasta ahora no vale para nada, esto es a lo que tenéis que hacer caso:
1.
Magical Girl 9'0
2.
La isla mínima 8'5
3.
Relatos salvajes 8'0
4.
Paco de Lucía: la búsqueda 8'0
5.
Carmina y amén 8'0
6.
Open Windows 8'0
7.
Loreak 7'5
8.
Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo 7'5
9.
10.000 Km 7'0
10.
El Niño 7'0
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¡Detengan a este hombre! |
Y hasta aquí ha dado de sí. Me despido y me voy a dormir hasta el 22 que son los
Oscar, adiós amigos.