El titulo no sé yo |
La trama nos presenta a Manolo y Joaquín, dos amigos que se disputan el amor de María mientras luchan contra las sombras de sus predecesores. Cuando vienes de una saga de toreros o eres descendiente del más valeroso defensor del pueblo, las expectativas hacia tú persona te complican la vida. Si además están apostando sobre tu persona diferentes dioses de la vida y la muerte, la cosa se complica.
Lo mejor que tiene El libro de la vida es el magnífico diseño de todo lo que aparece en pantalla. Los personajes, especialmente los dos protagonistas varones, son una especie de mezcla entre estereotipos bravucones y marionetas de madera que da gusto ver en movimiento. La Catrina y Xibalba, las dos entidades que jugarán con el destino de los personajes, son otras dos maravillas creativas pero, de verdad, todos están a la altura. Desde la poderosa familia Sanchez a los guardas picassianos, todo funciona y se funde de manera perfecta con los coloridos ambientes.
¡Ole! |
No se despega de su público infantil, no hay nada fuera de tono y la condición de cuento está presente desde el principio, pero da la sensación de que sus aciertos más destacables serán sólo apreciados por los mayores. Digo esto porque en el pase de prensa nos llenaron el cine de niños, como queriendo transmitir que realmente funciona entre los peques, y las risas y satisfacción final venían más por parte de humanos que no volvían en fila al cole.
El caso es que El libro de la vida es una película maravillosa, bonita y fácil de compartir y recomendar. Un acierto animado sin pegas y una excusa perfecta para salir de la sala y buscar un sitio para tomarse unos tacos.
Estamos rodeados de criaturas fascinantes |
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