Ay el gatete geteete |
La trama nos presenta a unos alienígenas asustadizos que se apoderan de planetas, generalmente habitados, para esconderse en ellos hasta que son descubiertos por sus enemigos y huyen a otro sitio. Ahora le ha tocado al nuestro así que toda la humanidad es realojada en bonitos barrios prefabricados en Australia y los bichejos se instalan. Lo que pasa es que hay una niña que se ha librado del desahucio y uno de los tipos morados es buscado por sus semejantes por ser un Jar Jar Binks. Ambos vivirán aventuras mientras intentan arreglar las cosas.
Jim Parsons presta la voz a Oh, el prota gelatinoso, y Rihanna hace lo propio con Tip, la chavalina de Barbados que no encuentra a su madre. Su relación funciona a trompicones y no se consigue mostrar con claridad la antipatía inicial ni la amistad final. Todo es un poco porque sí y pretende seguir tan estrictamente la estructura generalizada que, cuando no encaja porque se ha hecho otra cosa diferente por el camino, todo se descuadra.
Aun así ya digo que tiene sus momentos. A los peques les gustará seguro, los alargados bailoteos de Oh harán que se hagan pis en la butaca, alguno literalmente, pero me temo que no volverán a ella dentro de unos años y, el que lo haga, descubrirá una de esas pelis que es mejor mantener en el recuerdo. Ni por las canciones de Rihanna metidas con calzador.
Vengas de donde vengas, atasco |
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