Liadita |
Escrita y dirigida por Shlomi Elkabetz y Ronit Elkabetz, que además es su protagonista, supone su tercer trabajo en un ciclo sobre la familia, el matrimonio y el machismo institucional en Israel. Desconozco las dos anteriores, pero aquí demuestran una maestría total a la hora de manejar la narración en un guión medido al detalle. Que el resultado final sean casi dos horas en un triste cuartucho como único decorado y que no decaiga en ritmo en ningún momento, es digno de admiración.
La trama nos presenta a Viviane Amsalem, una mujer que intenta desesperadamente divorciarse de su marido en un proceso que se alarga años. Si el hombre no quiere, la autoridad religiosa no puede forzar el proceso y todo se pospone una y otra vez, hasta que uno de los dos se de por vencido. Lo que podría ser un drama insufrible, lo que yo esperaba al elegir esta sesión para cabecear, resulta ser una elegante y audaz sátira sobre los atrasos de un país que se supone avanzado y que incluye taras de otra era. No es una comedia, pero el humor está presente en cada grieta y ayuda a enlazar el verdadero drama, presentado con un ritmo incesante e interpretado con acierto por todos los participantes. Cuando el guión está tan trabajado, se puede hacer mucho con muy poco.
No hay manera |
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