Venga, vamos, anda |
La trama nos devuelve al grupo femenino de canto a cappella que, tras una petarlo durante unos años, han sufrido un revés inesperado con una actuación bochornosa. Para recuperar su fama, se apuntan a los mundiales del canto sin instrumentos, que se ve que existen, donde sus posibilidades de ganar son ínfimas.
Si ya pasaba en la primera parte, el dominio de Rebel Wilson para acaparar todo lo que haga gracia se magnifica aun más. De hecho, digamos que las cinco o seis veces que me reí fue gracias a ella. Qué pena que Super Fun Night esté siendo un petardo con el potencial de esta tía. Anna Kendrick está bien pero reconozco que tengo debilidad por ella así que lo mismo no cumple y no me he dado cuenta. Los demás dan bastante igual, podría salvar a Adam DeVine que encaja muy bien con Wilson y a la pareja de narradores imposibles formada por John Michael Higgins y la propia Elizabeth Banks.
También hay que decir que gracias a que ya nada parece ir en serio y los números musicales han mejorado un poco, supera a la primera. Sigue anclada a parecer una peli hecha para televisión y a no terminar de salirse del tiesto para considerarla importante en ningún aspecto, pero es fácil de ver con cualquiera al lado y eso ya es algo.
Las peñuqui castigada |
Pufffffff yo que pensaba que Elizabeth Banks le iba a dar un buen aire... y nos presenta esto. Les va a hacer falta Ryan Murphy para que haga la peli como hay que hacerla.
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