Qué pereza de título |
La trama comienza como cualquiera de los soliloquios de la humorista, con acidez y corrosión sobre los pilares de las relaciones sentimentales. Hay buenos chistes y la forzada ironía e impostada incorrección engañan y entretienen los primeros minutos. Poco a poco, como ocurre con su visión de la monogamia, la cosa se enfría y cada vez recuerda más a lo de siempre hasta que, en su último tercio, vemos una comedia romántica al uso.
Una pena que Schumer desperdicie así su mala leche, especialmente cuando tiene a su lado a Bill Hader, experto en soportar lo que le toque dejando siempre un hueco para la duda en su sonrisa macabra. Los secundarios también funcionan, desde la, una vez más, irreconocible Tilda Swinton, a un divertidísimo John Cena, que pide a gritos una buddy movie hormonada y tontorrona junto a Batista. También destacan LeBron James, que va demostrando por qué es el elegido para Space Jam 2, y Brie Larson que mejora cada producto en el que aparece.
El problema es que el guión de Amy Schumer y la carga familiar de Apatow no han dejado que esto haga la gracia que debería. Ni los cameos de la mitad del reparto actual del SNL sacan de la monotonía esta cursilada que va de macarra pero no.
Viva |
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