Moira es una de esas cintas que tanto gustan en festivales seriotes, con dramón de familia desestructurada de clase baja, original de este de Europa, Oriente Medio o Balcanes. En esta producción georgiana se cumple todo, desde el hijo recién salido de la cárcel al padre en silla de ruedas, pasando por el hermano conflictivo y la madre ausente. La estructura está tan sobada que en único incentivo para seguir sufriendo es disfrutar de su fotografía fría y gris. Bueno, eso y no quedar mal con los compis gafapastas haciendo una bomba de humo a primera hora, sin la excusa del sueño ni nada de eso. Yo, que no sé nada de cine, prefiero volver a ver Atrapado por su pasado y olvidarme de esta trama de una vez por todas.
Lejos del mar es la nueva apuesta de Imanol Uribe que arriesga con una temática espinosa donde las haya. La trama presenta a un etarra que sale de la cárcel tras cumplir su condena. Se muda al sur, arrepentido de su pasado y dispuesto a perdonarse de una vez por todas. Allí se topará con la hija de su víctima y las cosas se complicarán. Elena Anaya construye un personaje complejo, anclado en los no siempre correctos diálogos de un guión que vale más por lo que cuenta que por cómo lo hace. Eduard Fernández está impecable y consigue llevar a buen puerto todo lo que Uribe propone. A ratos elegante y eficaz, otros algo torpe y orecipitada, lo que es seguro es que Lejos del mar tocará las narices a los de siempre, de un lado y otro.
Freeheld es la película con grandes estrellas del día y, curiosamente, la menos interesante. No se puede decir que haya sido una sorpresa, la cinta ofrece exactamente el dramón televisivo que se esperaba de su trama, basada en una historia real sobre minorías y enfermedades, casi nada. Como Julianne Moore ha sido nominada por hacer de lesbiana y de enferma terminal, este año se lanza de nuevo a la carrera con un personaje catapulta: una lesbiana enferma terminal. Esta vez ni se esfuerza, va con el automático y resulta tan plana que será fácil reconocer a sus fanboys desatados si le toca otra nominación. Su pareja en la cinta es Ellen Page, única excusa real para entrar a ver este telefilm y ni por esas. Por fin tiene un papel de homosexual y le toca imitar a Justin Bieber, una pena. Los que disfruten con estos hechos reales de lucha y superación, se van a poner las botas.
La novia tuvo su primera presentación en sala con este pase repleto de prensa y público, ansiosos por ver si había suerte con esta adaptación de Bodas de sangre de García Lorca, y vaya si la hubo. El título pasa a ser, no sólo una de las mejores cintas del festival, si no una de las mejores películas del año y una joya de las versiones fílmicas de nuestros inmortales literarios. Tiene tres nombres clave, por un lado Federico, y es que el texto del maestro sobrecoge en cada verso, especialmente cuando se sabe plasmar como merece. Por otro, Paula Ortiz, directora y artífice de este proyecto de gusto exquisito y fotografía inigualable. Para terminar el combo perfecto, una Inma Cuesta en estado de gracia que se pasea por la pantalla como le da la gana y deja al espectador con un nudo en la garganta. La novia me rompió, si hubiese habido un segundo pase al terminar, habría vuelto a entrar al cine. No digo más porque ya me explayaré cuando se estrene en diciembre pero, por favor, tened en cuenta que se aproxima uno de esos títulos que deberán quedarse con nosotros para siempre.
Mountains May Depart (Shan he gu ren) cerraba el mi día, puede que erroneamente. La culpa sólo la tengo yo, que ya sé que ver a Jia Zhang Ke de madrugada es deporte de riesgo, pero así me compongo yo los horarios, sin red. Es un relato en tres momentos temporales donde vemos a un trio de amigos en 1999 donde ella debe decidir con quién quedarse. Los dos tercios restantes de la peli corresponden a las consecuencias de su decisión en 2014 y 2025, especialmente en lo que concierne a su hijo. El olvido de algún personaje, la actuación regulera de otros y la tontería imperante, podrán echar para atrás a aquellos que desconozcan las libertades que suele tomarse el director. Más fácil de olvidar que de ver, contiene grandes momentos pero, en general, a mi no me ha llegado como querría.
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