A ver esa escalerilla |
La trama se centra en el fatídico ascenso al Everest que acabó con la vida de varios alpinistas en 1996. El guión de William Nicholson y Simon Beaufoy, se basa en parte en el libro de Jon Krakauer donde narra lo sucedido de primera mano, interpretado en la cinta por Michael Kelly. Si añado esto es porque Krakauer también fue el responsable de contarlos las aventuras de Christopher McCandless en su ensayo Into de Wild y me ha hecho ilusión volver a cruzarme en su camino.
Dirigida por Baltasar Kormákur, cualquiera diría que el islandés fue elegido únicamente por llevarse bien con el frío. Por lo rodado parece que así es, ya que son las escenas que podrían parecer más complejas las que salvan el día. Todo momento de nieve, hielo, ventisca y caminata a pasos diminutos, es un disfrute. Funciona como cine de aventuras, drama humano e incluso como entretenimiento para los amantes del deporte extremo.
Ropas pintonas |
Y es una pena que esos añadidos pastosos enturbien la conseguida ascensión a la montaña del título. Jason Clarke, John Hawkes, Josh Brolin y Jake Gyllenhaal defienden sus roles entre la docena de personajes secundarios que pueblan el reparto. No tengo ningún problema en esta división de protagonismo, prefiero eso a una fingida trama donde Clarke no desapareciese de plano y quedase como el auténtico héroe americano.
Una buena cinta de sufrimiento cuesta arriba que se ve enturbiada por momentos de telefilm insoportables y con un final en elipsis demasiado precipitado. Gustará a los que tengan ganas, pero no creo que suponga la obra definitiva sobre andar hacia la cumbre para nadie.
El campamento de la jarana |
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