Vente a casa que se está muy bien |
La trama nos sitúa en la época más oscura de la historia reciente de Argentina, donde los secuestros y rescates aumentaron hasta no ser algo demasiado aislado. Con los Puccio como protagonistas, auténticas celebridades del terror, Trapero logra una historia donde se pone de manifiesto la deshumanización que la codicia y el poder desatado llevan consigo.
Con una maravillosa interpretación de Guillermo Francella, que vuelve a remarcar esa extraña facilidad argentina para hacer creíbles todo tipo de personajes, es adictivo ir conociendo los pormenores de esta familia desde dentro, siendo testigos de los conflictos internos del clan y del arribismo político que permitía aquellas macabras jugarretas.
El estilo de Trapero es duro y a la encía, dejando cierto margen para presentaciones pero siendo consciente de lo que va a funcionar en este juego de garajes ocultos y fachadas limpias. Enfatiza donde debe y gana al hacerlo.
Cena de tranquis |
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